
Como su nombre indica,este fusil fue fabricado por el arsenal de Springfield,sirviendo de modelo a los contratistas civiles que suministraban armamento al gobierno de la Unión y como base al modelo 1863.
Las grandes cantidades de estas armas disponibles al final del conflicto,unidas a su buena reputación,dieron lugar a un sistema de conversión a retrocarga,el Trapdoor,que tuvo tanto éxito que a partir se 1973 y hasta 1893 se fabricaron armas con este nuevo sistema,llegando a ser empleado en la guerra con España en 1898.


Naturalmente,esto dio lugar a un verdadero clamor por los entonces modernos fusiles del calibre .58,entablándose una auténtica guerra dentro de la guerra,entre las autoridades del Ejército del norte,que intentaban reservar las pocas armas de este tipo que producía el Arsenal de Springfield para las unidades mejor preparadas,y los coroneles con influencia política,que deseaban equipar a sus regimientos particulares con los uniformes más llamativos y los fusiles más brillantes.
Esta auténtica fiebre alcanzó a las más altas esferas de la vida política,con varios senadores,e incluso el ministro de la guerra,Simon Cameron,desviando la producción de fusiles rayados hacia los regimientos de sus estados natales.
La entrega de armas de ánima lisa dio lugar a motines entre las tropas,que tuvieron que ser sofocados por otras unidades del ejército,e incluso a la destrucción del material recibido,con la esperanza de que fueran sustituidos por los modernos fusiles rayados.
A medida que avanzaba la guerra las opiniones se fueron dividiendo y no faltaron oficiales que defendieron la superioridad militar de las armas de ánima lisa.Este cambio de opinión se explica por las tácticas (o carencia de las mismas) empleadas por los oficiales de ambos bandos,en combates a corta distancia,donde la mayor precisión de las armas estriadas resultaba prácticamente irrelevante.En esta situación,el arma lisa del calibre .69 pudo resultar superior al fusil rayado,ya que las cargas empleadas,consistentes en una bala y tres postas por cartucho,proporcionaban cuatro posibilidades de dar en el blanco por cada disparo.


Sea como fuere,y aunque finalmente todas las unidades del norte acabaron siendo armadas con los nuevos fusiles,el Springfield 1861 se había ganado una reputación que perdura hasta nuestros días.
El arsenal de Springfield fabricó un total de 265.129 unidades del Modelo 1861,además de 273.265 del Modelo 1863,con el que muchas piezas son intercambiables.esto hace que en la actualidad sea difícil determinar el modelo exacto de una pieza original,ya que las fechas que figuran en la llaves se suelen contradecir con otras piezas o características de las armas.
La significación histórica de este arma para el pueblo estadounidense unida a la escasez de ejemplares originales inalterados,dejó la puerta abierta a los fabricantes de réplicas fieles al original,especialmente con vistas a los coleccionistas y tiradores,de esta modalidad,existentes a ambos lados del Atlántico.