La historia de la pistola Luger,se puede decir que se vuelve a reescribir a partir de 1973 gracias a Herbert Werle,fundador de "Waffen Werle".
Esta pistola fue muy usada por diferentes países desde 1900 hasta la Segunda Guerra Mundial,en sus dos calibres:7,65 (.30 luger) y posteriormente 9 mm. Parabellum (9 mm. Luger).No debemos olvidar que también se fabricó en calibre .45 ACP,aunque de modo experimental para las pruebas realizadas en los EE.UU. en 1907 y de la que solo se fabricaron 5 prototipos.
Pero su fabricación,en contra de lo que pudiera parecer,no ceso con la Segunda Guerra,hoy en día las siguen fabricando la firma Waffen-Werle en Alemania.
Su propietario,el Sr. Herbert Werle,empezó sus trabajos como armero en 1973,una vez superados unos estudios que le valieron ser admitido como Inspector de Control de Calidad de Armamento del Ejército de los Estados Unidos en Alemania,trabajo que,a partir de 1893 compatibilizó con el de su propia armería situada en DudenHofen,una pequeña localidad cercana a Speyer,y a la que se dedicó en exclusividad cuando su contrato finalizo con US Army en 1994.
El Sr. Herbert dedicó 30 años de su vida al estudio de la pistola Luger 08 y otros 15 a la investigación sobre el semiautomático U.S. Garand M1.En su largo trabajo de investigación ha llegado a varias conclusiones muy interesantes,sobre todo para la P08,como que un cañón de 30 cm. es perjudicial para el funcionamiento de esta pistola,ya que es el límite que marca el 9 mm Parabellum en cuanto a su escaso retroceso en función de recuperar el sistema de automatismo.O,dicho de otro modo,la masa a mover (cañón y corredera) es demasiado pesada para que este cartucho pueda hacerlos retroceder si su cañón llega a esa longitud.Ello se debe a todos los movimientos que se esperan en su automatismo,retroceso del conjunto cañón y corredera y su apertura se disipan.
Por otro lado,la supuesta fácil conversión de una Luger al calibre .45 ACP,fue realmente una tortura,pues probó justamente los apuesto a lo que esperaba.de hecho,se ha pasado meses yendo hasta tres veces por semana al campo de tiro,para su desesperación.En los primeros momentos,pensó que el arma saltaría en pedazos,pero rapidamente se dio cuenta de que eso no ocurría,pero si de que en vez de una pistola semiautomática,tenía una monotiro.
Un cartucho comercial .45 ACP con un impulso de retroceso de 95,ni siquiera tenía fuerza para extraer la vaina del cartucho utilizado.A partir de ese momento,comenta,al mismo tiempo que pide disculpas,por la falta de respeto que le ha cogido a este cartucho,al que coloca en una categoría próxima a la honda prehistórica.De hecho,siguiendo con su experiencia,la Luger no necesita mucha más fuerza para iniciar el automatismo,pero sí un equilibrio entre las masas,energía,y sobre todo una relación directa con el calibre.Todas sus ideas y conceptos para lograr un funcionamiento correcto fueron abortados.Recorto el cañón de 150 mm. a 120 mm. y redujo la masa de éste torneándole el diámetro.Aumento el peso de la empuñadura para darle más sujeción y resistencia al retroceso y así permitir que éste actuara más sobre las partes móviles,pero tampoco obtuvo resultados positivos.
Ya había dedicado más de 3.000 cartuchos del .45,cuando,entonces,comenzó a pensar en el sentido contrario.prolongar el cañón a casi las dimensiones de una carabina,300 mm. El resultado inmediato fu muy satisfactorio,el ciclo de automatismo rondaba el 80% con la munición de 230 grains Magtech SWC y,mejor aún,con la Winchester FMJ,la munición recomendada por John Vrnon Martz.Esto demostró que el sistema Bronwning de la Colt 1911,al ser casi rectilíneo es más económico en cuanto al uso de energía para lograr el ciclo de automatismo.
Sus experiencia y conclusiones no se limitan a lo aquí expuesto,van mucho más allá,pero su exposición sería larga y exaustiva.