La Wildey es una de las pistolas más potentes de la historia. Esta arma semiautomática de doble acción que opera por toma de gases se convirtió en los años 80 en una de las pistolas más buscada por los amantes de las emociones fuertes. Y es que sus potentísimos cartuchos del .475 Wildey Magnum solo están al alcance de los valientes. Esta arma nacio con el objetivo de convertirse en el arma de fuego más potente del mercado.
Con este ambicioso propósito, a mediados de la década de 1970, el diseñador Wildey J. Moore se puso manos a la obra. Y muy pronto presentó oficialmente al modelo estándar de las pistolas Wildey. Aquella primera arma funcionaba mediante el sistema de toma de gases, utilizado anteriormente en fusiles de enorme prestigio como el Karl Gustav sueco. Dicho sistema permitía disparar en un arma corta cartuchos de gran potencia, algo que posteriormente imitaron otros fabricantes como la IMI en su popular Desert Eagle.
Con este ambicioso propósito, a mediados de la década de 1970, el diseñador Wildey J. Moore se puso manos a la obra. Y muy pronto presentó oficialmente al modelo estándar de las pistolas Wildey. Aquella primera arma funcionaba mediante el sistema de toma de gases, utilizado anteriormente en fusiles de enorme prestigio como el Karl Gustav sueco. Dicho sistema permitía disparar en un arma corta cartuchos de gran potencia, algo que posteriormente imitaron otros fabricantes como la IMI en su popular Desert Eagle.
Cañones de diversos tamaños para la Wildey
La primera pistola Wildey nació de la mano del .45 Winchester Magnum, un cartucho que vio la luz en 1979 y que, siguiendo la tradición estadounidense, en realidad no era más que un alargamiento de la vaina del .45ACP. Eso sí, su fuerza bruta era descomunal. Tanto, que su energía y su velocidad podrían compararse con las del .44 Magnum del famoso S&W M29 de Harry Callahan.
Este primer modelo del .45 Win Mag diseñado por Wildey contaba con un cargador para 7 cartuchos, armazón de acero inoxidable, cachas de madera de nogal, cañón de 254mm y un peso cercano a los 2 kilogramos. La irrupción de esta pistola de grueso calibre en el mercado armamentístico de la época despertó un gran interés entre los aficionados a las armas. Esta buena respuesta inicial empujó a Wildey J. Cooper a lanzarse al diseño de nuevas versiones con cañones de varias dimensiones y distintos calibres. Así, durante los 80 fueron apareciendo modelos calibrados para el 9mm Winchester Magnum (un cartucho con unas propiedades balísticas similares a las del .357 Magnum de revólver), el .41 Wildey Mag, y para el .475 Wildey Magnum, la auténtica referencia de esta mítica pistola. La Wildey del .475 fue bautizada por su creador con el sobrenombre de “Survival Model” (modelo de supervivencia).
Posteriormente, la casa Wildey F.A. Inc. continuó presentando nuevo modelos y derivados de la versión original. Entre ellos, una carabina denominada Wildey Silhouette con un cañón de 18 pulgadas y culata de madera, y un modelo más reciente calibrado para el también potentísimo .44 Auto Mag. La tremenda energía y el enorme retroceso generado por los cartuchos empleados en esta emblemática pistola acabaron limitando su uso. Tanto es así, que su utilización prácticamente se redujo a la caza con arma corta (en aquellos países donde está permitida, como por ejemplo Estados Unidos) y al tiro deportivo a siluetas metálicas. Sin embargo, ni estas interesantes prácticas pudieron salvar a la casa Wildey del fracaso comercial y el consecuente abandono de la producción.
Tal vez, a parte de su limitado empleo, el principal problema al que tuvieron que enfrentarse las pistolas Wildey fue la excesiva exclusividad de su munición. Y es que tanto el .45 Win Mag, como el .475 o el 9mm Win Mag eran cartuchos demasiado novedosos y con poca difusión comercial. Los escasos propietarios de estas pistolas (se fabricaron muy pocas unidades) tuvieron que sobreponerse a las dificultades para encontrar este tipo de munición, o bien recurrir a la recarga para crear sus propios cartuchos wildcat.
En definitiva, la Wildey supuso un intento más por parte de la industria armamentística de crear una pistola semiautomática con una potencia de fuego similar a la de un revólver. Una misión en la que también han intervenido otras armas de fama mundial como la Coonan, la Grizzly o la Desert Eagle. Todas ellas, al igual que la Wildey, han buscado convertirse en la pistola más potente del mercado.