8 de mayo de 2009

Pistola o revolver ¿Que tipo de arma compro?


Revolver FN Barracuda 357


Beretta Mod. 92

Esta es la pregunta más común cuando un agente de policía o un particular con licencia de armas tipo B decide adquirir un arma para su defensa. Este es un dilema sempiterno, pues pocos son los que tienen claro desde el principio qué tipo de arma es la que quieren. Cada día es más frecuente que los usuarios de este tipo de armas opten casi sin dudarlo por la pistola, si bien existen todavía muchos revólveres en manos de agentes de policía y ciudadanos con la referida licencia tipo B.Cuando algún compañero me pide consejo sobre qué tipo de arma comprar, siempre le hago una serie de preguntas, casi como una encuesta. Y todo porque el dilema NO debe ser qué quiero comprar, sino qué necesito comprar. En este sentido, comprar por moda o por el mal consejo de una persona cercana, es muy común y suele ser poco práctico. Un policía que compra un arma para su defensa en horarios fuera de servicio o un particular que la necesita para su defensa, debe tener claras las siguientes cuestiones:


1. ¿Va a portar el arma siempre que salga a la calle?, ¿o quizás la quiera solo para guardarla en casa y esporádicamente portarla en la vía pública, o entretenerse en el campo de tiro?

2. ¿Va a entrenar mucho y sacar partido al arma?, ¿entrenará tiro de precisión o de defensa?

3. ¿De qué presupuesto dispone?


Walteher PPK


Existen más preguntas, pero estas quizás sean esenciales. Si el arma la quiere o necesita para autodefensa, el arma debe tener una envergadura que permita su porte de modo cómodo, eficaz y discreto. Si solo quiere el arma para guardar en casa y acudir alguna vez al campo de tiro, el tamaño ya no importa tanto.
Un error frecuente es comprar el arma para entrenar y esporádicamente portarla. La mayoría de los que hacen esto compran un arma enorme para sacar más partido en precisión durante las tiradas del club de tiro. Y cuando deciden portarla de paisano se dan cuenta de que el arma es imposible de ocultar con discreción y eficacia. Por tanto, al final, el arma acaba siendo abandonada en un cajón de casa o siendo vendida.
Otros adquieren armas en calibres exuberantes y/o muy potentes, como el 10mm Auto, el .357 Sig, .45 ACP, 5,7x28mm, etc (este último sólo se vende a Cuerpos y Unidades de las FAS y FYCS), calibres todos ellos acertados para la defensa pero de precio alto y a veces, según la zona de de España, difíciles de encontrar. Así pues, quienes hacen esto tendrán armas potentes y con garantías de eficacia para defensa, pero seguramente no serán eficaces en sus manos por no tener un entrenamiento adecuado y esto es porque el tirador acaba aburrido y cansado de comprar munición cara… si es que la encuentra.
El presupuesto a gastar es algo importante también. Algunos creen que por gastar mucho dinero en el arma ya serán buenos tiradores o serán tiradores seguros, y por ello algunos, tras el gran desembolso económico, cierran el grifo y no invierten en la funda del arma adecuada o en la cantidad de munición acertada para entrenar de modo periódico. Otro aspecto fundamental es que el calibre debe ser de los que permita neutralizar al agresor. Así, la munición debe ser de fácil adquisición para poder entrenar con la frecuencia necesaria y las características del arma deben permitir poder controlarla en tiro rápido. Esto está ligado a la potencia del cartucho empleado, que posea una buena capacidad de fuego y facilite su porte y ocultación con las prendas de vestir habituales del usuario.


Desert Eagle 357

La mayoría de los que optan por el revólver lo hacen por los modelos conocidos como “dos pulgadas”, es decir por los de cañón de 2” de longitud. Esto es algo que algunos desconocen y les llaman dos pulgadas a los revólveres que aparentemente son pequeños, sin saber que por debajo del típico 4”, digamos que este ya es “grandecito”, están los de 2”, 2,5”, 3”, etc. Bien, pues de esos que optan (cada día menos) por un revólver de 2”, suelen encontrarse personas que simplemente adquieren el arma por el buen precio al que se lo ofertan en subastas, tiendas o simplemente un compañero que se jubila o que quiere deshacerse del arma sin más. Este es el motivo por el cual muchos compran este tipo de armas. Otros lo hacen porque erróneamente creen que el calibre de ese arma es más potente que el más común de los usados en pistola.
Algunos opinan que el revólver es más seguro que la pistola, atendiendo a posibles interrupciones o la carencia de seguros. En mi opinión, es un atraso seguir pensando esto. Admito que en caso de interrupción “sencilla” por fallo del cartucho no percutido (cuando el cartucho no esté en condiciones óptimas de conservación), con un revólver puede ser más sencillo solventar la traba. Solo hay que volver a presionar el disparador y tendremos otro cartucho enfrentado a la aguja percutora. Pero hay que decir que no todas las interrupciones en los revólveres son de fácil y rápida solución. A veces, son más sofisticadas que en las pistolas. De todos modos, con el adecuado entrenamiento es muy rápido solventar interrupciones en la pistola. Por ejemplo, la más complicada es la llamada doble alimentación y aún esta es bastante rápida de solventar con el adecuado entrenamiento.
El otro motivo por el que algunos creen más eficaz al revólver que a la pistola es la inmediatez de hacer fuego con el revólver de Doble Acción (todos los que se emplean en seguridad y defensa lo son, de lo contrario se cometería un gravísimo error). Pues bien, también esa inmediatez se alcanza en pistolas. De hecho, es sabido por todos que las pistolas de servicio, seguridad y/o defensa son hoy en día todas de Solo Doble Acción (DAO), Acción Mixta (S.A y D.A.) o sistemas similares como el Safe Action de Glock (existen muchos más pero todos con la ventaja de portar cartucho en recámara con sobresaliente seguridad). Así pues, las dos ventajas que algunos ven en el revólver son fácilmente localizadas en las pistolas modernas.


Tanfoglio cal. 6,35

Contra el revólver, la principal crítica que se vierte es la de su escasa capacidad de fuego, entre cinco y ocho cartuchos en calibres admisibles para defensa, pero si nos centramos en los de tamaño 2”, bajamos a cinco ó seis cartuchos pues los que existen de ocho cartuchos son de tamaño tal que hacen casi imposible su porte bajo la ropa. También los hay de 9 cartuchos e incluso de alguno más, pero estamos hablando de revólveres de calibre .22LR, un calibre muy por debajo de lo mínimo aceptable para defensa.

Las ventajas de la pistola

Como ya habrán adivinado, yo soy partidario de la pistola frente al revólver. Hoy encontramos el mercado inundado de pistolas con pesos y tamaños similares e incluso por debajo del que tienen la mayoría de los revólveres que se usan en nuestro país, los cuales suelen ser marca Astra o Llama. En cualquier caso, ninguna de esas marcas fabricó en su día revólveres de 2” con peso muy bajo, y hoy por hoy las pistolas subcompactas las hallamos en tamaños y pesos iguales o por debajo de esos revólveres, y además con cargadores de más capacidad. También es cierto que el mercado tiene revólveres de muy poco peso, construidos con titanio, y que además de su ligereza pueden disparar cartuchos de los denominados “+P” (más potencia). Son revólveres de mayor coste económico que los convencionales. Por ejemplo, los de la casa S&W norteamericana o la Brasileña Taurus. En cualquier caso, siguen estando en desventaja de capacidad frente a las pistolas modernas de tamaños similares.


Smith&Wesson 44

Un argumento que a veces se oye a favor del revólver es el de la mayor precisión “en general” frente a la pistola. Esto es algo que puede ser cierto, pero no es algo que en realidad pueda ser usado con fuerza como argumento en un enfrentamiento a vida o muerte entre los 0 metros y 10 metros (distancia habitual de los enfrentamientos armados), sobre todo entre los 0 metros y los 4 metros. En otros tiempos, la gente usaba el revólver por aquello de que en general era más fácil hallar en el mercado munición más atractiva para defensa, algo que no era fácil que ocurriera con las pistolas, pero eso pasó a la historia y hoy en día es mas fácil encontrar munición de proyectiles expansivos para defensa en calibres de pistola que no en calibres de revólver.
Solo soy partidario del uso del revólver frente a la pistola en los casos de usuarios especialmente poco adiestrados o poco mentalizados. No cabe duda de que un revólver tiene un sistema de disparo y una manejabilidad tan sencilla que es muy difícil que se pueda entrar en la duda típica de ¿está o no está con cartucho en recámara? Sabiendo que el arma está en condiciones de servicio, sabemos que está siempre cargada, así pues, de producirse un accidente, habría que buscar dónde estuvo la negligencia por parte el usuario.


Smith&Wesson.38 es

Yo recomiendo a los portadores de pistola, ya sean pistolas para el servicio o para usar cuando se está franco del mismo, que la porten con cartucho en recámara. Eso sí, no sin antes entrenar profusamente en el manejo de dicha condición de porte y en el tiro en D.A. También es cierto que a más de uno le he recomendado que dejasen de portar el arma de ese modo. Se lo he tenido que aconsejar tras verlos manejar el arma y descubrir que desconocían no solo el manejo en cualquier condición, sino que desconocían las mínimas normas de seguridad en el manejo de una pistola, cosa muy peligrosa, sobre todo con cartucho en recámara.
Llegados a este punto, debo decir que soy de aquellos que siempre trata cualquier arma como si estuviera cargada y así se lo enseño a todos los que me atienden en explicaciones y clases de tiro y armas. Sólo de este modo se puede crear una mentalidad o conciencia de seguridad.

Fuente:armas.es/Ernesto Pérez Vera

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