Mostrando entradas con la etiqueta lefaucheux. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lefaucheux. Mostrar todas las entradas

11 de agosto de 2012

Carabina Alfa-proj Hunter




Salvando las pequeñas diferencias existentes,y digo pequeñas por que una vez más los hechos  nos demuestran que con respecto a este tipo de armas  ya está todo inventado,se tiene  constancia que durante la segunda mitad del Siglo XIX,aunque no con el mismo exito que las pistolas y revólveres tipo Lefaucheux,esta combinación de revólver y carabina gozo de una gran popularidad ,especialmente en el tiro de precisión y en menor grado para la práctica de deporte de la caza.

 
Carabina-revólver tipo Lefaucheu del Siglo XIX

El arma que nos ocupa,la carabina Alfa-proj,fue fabricada por la compañía del mismo nombre,ubicada en la ciudad checa de Brno, una localidad mundialmente famosa por la fabricación de armas de todo tipo desde hace ya más de un siglo y situada en una región en la que la tradición armera de calidad se remonta a cientos de años.
Esta empresa, que hoy cuenta con casi centenar y medio de empleados, se fundó en 1993, dedicándose fundamentalmente a la elaboración de armas detonadoras y grilletes. Al cabo de no mucho tiempo su actividad creció incluyendo los revólveres de la denominada clase Holek (otro apellido importante en la armería checa), para disparar cartuchos de los calibres .22 LR y .38 Spl, y poco después sería la gama Alfa Steel la que se dedicaría a este mismo tipo de armas en calibre .357 Magnum. Pero todavía su actividad se demostraría más variada al incluir desde 2002 en su catálogo las pistolas semiautomáticas en las series Combat y Defender, con modelos en 9 mm Parabellum y .45 ACP. Finalmente, un año después se ofrecerían modelos neumáticos y de Co2 para tiro deportivo,sin olvidar los revólveres para los cartuchos 6 mm ME-Flobert y 4 mm Randz.
Vamos a centrarnos en esta ocasión en una de sus armas de cilindro, aunque sin duda bastante diferente a lo que entendemos por un revólver tradicional,
en el que un cambio  evolutivo hace que esta arma corta  se convierta en una carabina.
Como dato curioso decir que no fueron pocos los inconvenientes que se le planteron al tratar de introducir esta arma en el mercado español,dado que nuestra “ley de armas”,y me refiero a la española, prohibe las pistolas o revólveres que tengan acoplada una culata (y repito “que tengan” para evitar interpretaciones erróneas).La versión fabricada por Alfa-Proj era, en teoría, perfectamente vendible en nuestro mercado puesto que por sus dimensiones sólo se podía encuadrar entre las armas largas,las que tienen más de 30 cm de cañón ó 60 de longitud total.



Pero se dio la circunstancia de que debido al mecanismo de doble acción del revólver se le aplicó la cualidad de convertir al arma en “semiautomática” ¡¡ Pais !!,que diría Forjes.Debido a esta curiosa interpretación y teniendo en cuenta que su cilindro tenía capacidad para seis cartuchos,resulto que  entraba en conflicto con la admitida para los rifles, en los que se limita a cinco incluido el de la recámara y aquí hay seis recámaras, se pongan como se pongan.
En definitiva, que la fábrica checa modificó su mecanismo para que  funcionara sólo en simple acción,con lo que los revólveres-carabina pudieron por fin importarse a España,( pese a todo, el importador incluye una copia del escrito de autorización con cada ejemplar).
Se trata de  un revólver de concepción clásica, robusto y bien elaborado, en el que destaca el cañón de 12 pulgadas de longitud (que pasa a ser de 20 en las versiones para los calibres .22 LR y .22 WRM), en el que se ha situado un guardamanos que resulta cómodo de empuñar para favorecer la estabilidad y la puntería, y que puede desplazar su situación longitudinalmente al situar su tornillo de anclaje en cualquiera de los tres taladros practicados en el metal.
Por supuesto que el otro elemento a destacar es la generosa culata que otorga fundamentalmente en nuestro caso el cambio de categoría, y que se ancla en el arma desde una larga pletina de acero soldada a la zona inferior del armazón, integrando a su vez en su estructura la cacha izquierda. La modificación ofrece en cualquier caso un resultado más que aceptable en estética y notable en cuanto a ergonomía y manejabilidad. El revólver- carabina, se encara francamente bién, aunque por lógica el alza queda un tanto próxima al ojo del tirador y cada uno habrá de buscar su distancia óptima para apuntar en función de sus gustos o hasta de su capacidad visual.
Viene preparada de fábrica para poder  instalar un visor óptico, lo que puede hacerse sin ninguna dificultad tras retirar el alza completa y aprovechar su espacio para integrar una base de tipo Weaver sobre la que montarlo.
La terminación general del arma es del todo correcta y en su interior encontramos piezas robustas y mecanizadas en acero que aseguran un largo funcionamiento sin problemas.
Un detalle a tener en cuenta es el pequeño pistón con muelle que se encarga de situar la leva de arrastre del cilindro en su lugar y que habremos de retener con una aguja desde el minúsculo orificio previsto a tal fin en la tapa de los mecanismos, pues de no hacerlo así no podremos cerrarla adecuadamente.

 Revólver-carabina Alfa-proj calibre .22 LR / .22 WMR con cañón de 50,8 mm.

Por supuesto el mecanismo cuenta con un seguro que impide que el martillo alcance el percutor si el disparador no está completamente oprimido.
Es un arma sencilla y del todo fiable en su funcionamiento, con un disparador que apenas supera los 1.800 gr; muy segura y cómoda de manejar, atractiva incluso por su peculiaridad y que puede ser práctica para los cazadores a la hora de abatir piezas de mediano tamaño en zonas de espesura, al margen de atractiva para muchos aficionados cuando se trata de divertirse practicando sobre un blanco.

Características

• Origen: República Checa.
• Designación: Revólver-Carabina.
• Fabricante: Alfa-Proj (Brno).
• Calibre: .357 Mag/.38 Spl.
• Sistema: Revólver de simple acción.
• Capacidad de carga: 6 cartuchos.
• Longitud total: 734 mm.
• Longitud cañón: 30,6 cm (12”).
• Peso en vacío: 2,29 Kg.
• Miras: Alza ajustable y punto de mira en rampa.


Fuente:Revista Armas

17 de mayo de 2009

Revólver tipo Lafaucheux (origen desconocido)




Otra de las muchas armas que poco o nada os puedo decir ya que su historia,que seguro la tiene,permancerá junto con su dueño o dueños en el recuerdo de la oscura noche de los tiempos.
Una vez más agradecería cualquier aportación sobre sus orígenes,que puediera arrojar un poco de luz sobre esta arma,que desde luego se lo merece.
Parece ser que su procedencia es española,de ser así muy probablemente hubiese salido de alguno de los muchos "talleres armeros" establecidos en las poblaciones de Guernika o Eibar ,de las Provincias Vascongadas (España).No se tienen noticias de otras piezas,por lo que lo más seguro se trate de un arma única.Estaba calibrado para 7,50 mm. y disponía de dos cañones paralelos y un cilindro con capacidad para veinte cartuchos.

Tipo de arma:
Arma corta no reglamentaria,tipo Lafaucheux. Revólver para cartuchos de espiga, de doble acción.
Descripción:
Revólver de armazón abierto, sistema Lefaucheux, de doble acción y disparador con guardamonte. El tambor presenta doble hilera de recámaras que totaliza una capacidad para veinte cartuchos, dispone de dos cañones paralelos, en plano vertical, de ánima rayada, extractor manual de varilla y empuñadura de extremo esférico.
Caracteristicas

Fabricante:Muy probablemente español (Eibar)
Marcas:carece de marcas de fábrica
Longitud arma:260 mm.
Longitud cañón:102 mm.
Peso:1.000 gr.
Tipo de proyectil:ojival

Calibre:7,50 mm.

Cartucho:metálico.

15 de marzo de 2009

Revólver Lefaucheux Mod.1858 y 1863



Modelo 1858


Modelo 1863

 Cañón octogonal


En 1860 se inicia la modernización de los sistemas de armas incorporando los revólveres Lefaucheux para cartucho de espiga. El modelo 1858 es un arma de simple acción, robusta y de fácil manejo.
Poseía un cañón estriado, de forma externa cilíndrica, salvo su parte posterior que era de forma de ochava. El tambor poseía unos salientes que servían de freno en su giro por el cual se efectuaba la correcta alineación alveolo-anima de cañón.
Por su forma, la empuñadura era denominada "pata de cabra" y en su arco guardamonte poseía una "cola" para apoyar, al empuñarlo, el dedo medio. Como aparatos de puntería encontramos un guión encastrado al cañón en una cola de milano, el alza es una muesca en la cabeza del martillo.Las vainas servidas se retiran por medio de una baqueta paralela al eje del cañón.Fue la primera arma de repetición con cartucho metálico declarada reglamentaria en el Ejército Español; por R. O. de 30 de abril de 1858. Gran parte de los que existieron en España fueron fabricados en Trubia o en  Oviedo (Asturias) o bien en la fábrica de armas de Placencia (Guipuzqua)
El modelo 1863 no presenta diferencia en su mecanismo. El diseño exterior del arma es mas estilizado, se cambia la empuñadura con lo cual se gana precisión al empuñarlo y se suprime el gancho del arco guardamonte.

  Puede ser de simple o doble  acción, con martillo percutor dotado de muesca para apuntar. Posee dos cachas de nogal unidas por un pasador con ovalillos, cantonera metálica con aro para el fiador y varilla extractora. En cuanto a los fabricados en España ,en la armadura, cerca del inicio del arco del guardamonte, está grabada la siguiente inscripción: "OVIEDO 1864" o punzón con la "P" coronada correspondiente a Placencia. Lleva tambor perforado con seis recamaras, con sus correspondientes muescas para albergar las agujas percutoras de cada cartucho y trampilla lateral que se abre para permitir la introducción de las balas. El cañón es cilíndrico, menos en su comienzo que fue octogonal, con el ánima rayada. El cañón está dotado de punto de mira. Todos los componentes metálicos se hayan pavonados en negro.Se fabricaron modelos con diferente número de recámaras,desde el más comun,de seis,hatas de ocho,diez y doce.



Modelo con 10 recámaras (le falta la varilla extractora)


Revólver Lefaucheux de diseño posterior con dos cañones y capacidad para 20 cartuchos


Detalle del cilindro del modelo anterior




"Marca" del Banco de Pruebas de Lieja


Características


Modelo 1858

Longitud 295 mm
Peso 985 grs
Largo de cañón 158 mm
Nº de estrías 4
Cap. de carga 6 cartuchos
Calibre 11 mm


Modelo 1863

Longitud 285 mm
Peso 800 grs
Largo de cañón 155 mm
Nº de estrías 4
Cap. de carga 6 cartuchos
Calibre 11 mm / 12 mm


Cartucho de "espiga"




Foto. jmfirearmscolletion


6 de marzo de 2009

Revólver " Kerr "Mod. 1862/1864/ y Transformado



En 1858, la Armada española adoptó el revolver de retrocarga Lefaucheux, al que denominó Modelo 1858. Sorprendentemente, sólo cuatro años más tarde, el Ministerio de la Guerra estableció que debían reemplazarse por los Kerr de percusión, lo que no deja de ser una incongruencia. Esta decisión es inexplicable a día de hoy, pues supuso un enorme retroceso el cambiar un revólver dotado de un moderno sistema de retrocarga, como el Lefaucheux, por uno antiguo de avancarga, más engorroso y lento.
Durante el corto espacio de tiempo que los revólveres Kerr prestaron servicio en la Armada española, se reglamentaron tres modelos. El el
Kerr Modelo 1862,Modelo 1864 y el Modelo Transformado.

MODELO 1862

El revolver Kerr de la Marina Española Modelo 1862 fue declarado reglamentario por Real Orden de 22 de febrero de 1862, a propuesta del Director de los cuerpos de Estado Mayor de Artillería de la Armada e Infantería de Marina que redactó: “En vista del resultado de las experiencias comparativas ejecutadas con varias pistolas revólveres de diversos sistemas, he venido en resolver, se adopte para lo sucesivo, en reemplazo de los Lefaucheux usados hasta ahora por la Armada, la de los Kerrs del calibre de 5 líneas, 8 puntos y 218 milésimas, o sea 11 milímetros aproximadamente”.

Lo fabricaban con licencia, en Inglaterra, la firma London Armoury Co. y en Bélgica, Auguste Francotte. El británico iba marcado “London Armoury L.A.C.” y “Kerr´s Patent”, siendo ofrecido al ejército británico que no se mostró interesado, por lo que se vendieron unos 11.000 a los estados confederados durante la Guerra de Secesión norteamericana.




En un principio y a modo de prueba, se dotó a algunos buques con este arma, adquiriéndose un pequeño número a la London Armoury Co. Ltd. Éste fue el único pedido que se le realizó, pues debido a los informes favorables que obtuvo y que su fabricación en España no requería de licencia, ya que no se había obtenido su “privilegio de invención”, la Armada encargó su manufactura a la Fábrica de Placencia, lo que suponía subcontratar, en distintos talleres de la zona, la fabricación de cada parte del revólver, para montarlos en la fábrica bajo la dirección de un artillero del cuerpo del Estado Mayor de Artillería de la Armada.
Tal vez debido a una manufactura muy diversificada entre talleres de Placencia y Eibar, los revólveres Kerr Modelo 1862 no se marcaron como los armamentos producidos para el Ejército en la Fábrica de Placencia, que debían mostrar la marca “AR” coronada y la inicial “P” o la inicial “E indicando que habían superado el examen de la Comisión de la Armada de Placencia o Eibar, con la inicial “L” seguida del nombre del adjudicatario del lote.
También hay revólveres Kerr carentes del ancla, marca característica de la Armada, que prueba la existencia de que hubo una oferta comercial.

MODELO 1864

El revólver Kerr Modelo 1862 sólo fue reglamentario durante el efímero período de dos años, pues adolecía de algunos defectos que comenzaron a observarse en 1864, por lo que se le introdujo ciertas variaciones. En Real Orden de 2 de Abril de 1864 se dispuso el cambio de las chimeneas por otras nuevas de la Pirotecnia Militar de Sevilla.

Aun así parece que este cambio no era suficiente, pues por Real Orden de 30 de julio de 1864 se aprobaba el modelo “de la pistola revólver sistema Kerr, que en lo sucesivo ha de usarse en la Armada con la denominación de Modelo 1864, para diferenciarla del Modelo 1862”.

Sus principales diferencias son, que el tornillo de fijación de la llave a la culata, no se atornilla directamente a ella como lo hace en el Modelo 1862, sino que la atraviesa, cebando en un portabis (roseta) embutido en el lado izquierdo, así como que todos los tornillos con vista al exterior, entran de derecha a izquierda. El portabís que lleva el Modelo 1864 es la mejor manera de distinguirlo a simple vista del Modelo 1862.

Su fabricación no fue en la Fábrica de Placencia (suprimida el 13 de enero de 1865), si no que fueron contratadas la firma “Orbea Hermanos” de Eibar y la sociedad “Güerediaga, Astola y Cía.” de Durango
.



Las elaboradas por Orbea Hermanos vienen marcadas con el nombre de la fábrica mientras que en las realizadas por Güerediaga, Astola y Cía. se omitía el nombre del fabricante, marcándose sólo con la frase “Fábrica de Durango”. Ambas inscripciones estaban situadas en el lado izquierdo del armazón, justo debajo del tambor. A las firmas hay que añadir los punzones correspondientes. Del Modelo 1864 sólo se llegaron a fabricar 5.500 unidades de las cuales 4.000 se elaboraron en la fábrica de Eibar y 1.500 en la de Durango

El acabado del Kerr Modelo 1864 es mejor que el de 1862, para ambos se fijó un plazo de duración de diez años, inferior por tanto al establecido para revólveres adoptados por el Ejercito, tal vez tratarse de armas a utilizar por la marinería en clima adverso. Sorprendentemente, los dos modelos Kerr incluyen cierta decoración a buril, inhabitual en los diseños espartanos de los adoptados por el Ejército.

MODELO 1873 o MODELO TRANSFORMADO

Tal vez por el impulso renovador de la Revolución de Septiembre de 1868, se reconoció que la adopción del revólver Kerr de sistema de percusión había constituido un fracaso. Por orden del año 1869, se reducía a siete años el plazo de duración del Modelo 1864 y se declaraban fuera de servicio los del año 1862, que debían ingresar en los Arsenales “para poderlos emplear en una eventualidad en el servicio de abordo, a cuyo efecto deberá contarse con el necesario repuesto de municiones”.
Pero como estaban casi nuevos, puesto que los más antiguos contaban con 8 años, por orden de 14 de octubre de 1870, se dispuso fueran transformados en Eibar a fuego central, y que tanto en el Kerr transformado de la Marina, como en el Lefaucheux reglamentario en la misma, se usase el cartucho metálico, pasando a ser la Armada la primera en disponer de un arma corta de fuego central.

No era poco el trabajo que suponía la transformación de los revólveres Kerr de percusión a fuego central, por lo que forzosamente el coste tenía que ser elevado. Adecuar el tambor para permitirle el alojamiento de cartuchos metálicos, confeccionar el bloque con portilla de carga y ajustarlo al armazón, acoplarle una aguja percutora con su muelle de recuperación, modificar el martillo percutor, eliminar la baqueta y acoplar una varilla extractora, etc.

En octubre de 1873 el Jefe de la Comisión de la Marina en Eibar, informaba de las medidas que había adoptado para que los revólveres no cayeran en poder de los carlistas, ante la probabilidad de que las fuerzas del Ejército y Voluntarios de la República abandonaran la Villa. Así, el 4 de septiembre de 1874 se disponía el cese de la transformación de revólveres, debiendo entregarse al Comandante de Marina de San Sebastián, “todos los Revólveres que haya tenido la oportunidad de sacar de Eibar”.

En los talleres de Eibar hay constatación de la trasformación de 285 ejemplares, facturándose toda la operación por 2.618 pesetas justo un mes antes de que Eibar fuera ocupada por los carlistas.

Pero no ocurrió lo mismo con los destinados a ultramar, sobretodo en Cuba y Filipinas donde combatieron en sus respectivas guerras. Tras la caída de Cuba en 1898, todos los revólveres existentes en el Arsenal de La Habana y que estaban dados de baja por obsoletos, fueron adjudicados a la firma norteamericana Francis Bannerman que, en su catálogo de 1909, ofrecía los revólveres transformados Kerr españoles al precio de 5,25 dólares unidad.



Los revólveres Kerr, aunque destinados al uso de la oficialidad de la Armada, tenían la misma consideración que los cañones de un buque, pues estaban clasificados como de "dotación en los buques de guerra" por lo que sólo se podían portar abordo, diferenciándose así del concepto de armamento personal de los oficiales del Ejército. Es por ello que los revólveres Kerr son de difícil localización, pues se iban al fondo del mar con sus buques, o terminaban en los Arsenales de la Armada en espera de una casi segura destrucción.

La carga del arma se podía hacer de dos maneras: la tradicional, debiendo medir la pólvora, introducir esta en cada una de las recámaras así como el calepino, la bala lubricada y una vez hecho todo esto, atacar la carga con la baqueta y finalmente poner el pistón, y una más moderna donde se utilizaban cartuchos. Un proceso mucho más rápido que el tradicional.

Estos no eran tal como los entendemos ahora. Fueron diseñados para facilitar la carga de los revólveres y rifles de avancarga. Consisten en un simple cucurucho de papel que contiene la pólvora y está cerrado por un extremo con la bala. La carga del arma se limita a introducir el cartucho en la recámara y el pistón en la chimenea.

El papel era necesariamente fino para dejar pasar la llama del pistón, pero tenía el problema de que era frágil y absorbía la humedad. La solución a este problema fue patentada por William Mont Storm. Consistía en crear la vaina combustible con un trozo de intestino de animal. Exactamente igual que un chorizo. El sistema, por sorprendente que parezca, daba muy buen resultado, pues la tripa es más y fuerte que el papel.



El coleccionista que posea un Kerr en cualquiera de sus variantes tiene que sentirse afortunado ya que, además de lo aducido en el párrafo anterior, hay que sumarle el pequeño número de unidades fabricadas: 1.000 del Modelo 1862 y 5.500 del Mod. 1864. En total sólo 6.500.


Características

Fabricante:Fábrica de Durango

Origen:Durango (España)

Fecha :Fab.1864 - 1869

Sistema:Percusión. Simple Acción

Long.Total:280 mm.

Long.Cañon:146 mm.

Peso:1.135 gr.

Capacidad:5

Empuñadura.Nogal

Ánima:Estriada
Fuente:JMFirearmsColletion

8 de febrero de 2009

Revólver "Orbea Hermanos" Mod. 1854/58/92


Mod. 1858


Mod. 1854


Revólver "Orbea Hermanos"Modelo 1854 /58, para cartuchos de espiga lateral tipo Lefaucheux.
Cilindro con aberturas superiores para salida de las espigas. Cañon redondo con cuatro estrías interiores, liso a partir de la culata formada por una pieza de armis, quedando en prolongación cada recámara en posición de disparo. En su cañón suele figurar la siguiente inscripción "Fª DE ORBEA HERMANOS. eibar " seguida del año de fabricación.
Carga mediante una trampilla de acceso a las recámaras, con sencillo mecanismo de cierre de pinza. Extractor de vainas alojado en la pieza inferior de sujeción del cañón. Sistema de puntería mediante mira delantera, estando la trasera constituida por una ranura en el perrillo. Grabados sencillos y en ataujía. Empuñadura lisa y guarniciones terminadas en pieza metálica inferior del pomo, con anillo de sujeción. Guardamonte con gancho supletorio inferior para sujeción de dedo


Descripción Mod. 1854/58

Nacionalidad:Española
Peso:1000 g.
Tipo de arma: Revólver
Tambor: seis cartuchos
Longitud arma: 300 mm.
Longitud cañón: 160 mm.
Calibre: 11 mm.
Anima:Rayada
Cartucho:Metàlico



Modelo 1892






Características


Nacionalidad:Española
Fabric.:Orbea Hermanos (Eibar)

Sistema:Simple y doble acción
Longitud total:256 mm

Longitud cañón:125 mm
Calibre: .32

Capacidad: 6 cartuchos

Anima:Rayada
Peso:950 g.


28 de enero de 2009

Revolver Glisenti Mod. 1874



Se tienen noticias de que en 1860, un tal Giovanni Glisenti ordenó construir en Carcina (Italia) una fábrica con fundición y taller mecánico. Tal vez las intenciones de Giovanni Glisenti no eran las de convertirse en un fundidor de armas para el recién nacido ejército italiano, pero ello se hizo inevitable debido a que trabajaba en el centro nacional de producción de armas ligeras más importante. De esta forma nos encontramos con los revólveres Lefaucheux entregados al Gobierno en 1866 y mosquetones Vetterli T.S. M.1870.
La industria se desarrolló hasta convertirse probablemente en la primera industria armera de Italia con el ciclo completo, es decir, partiendo de la extracción del hierro (en una mina a 35 kilómetros de Brescia) hasta la entrega del arma totalmente terminada. A finales del siglo XIX, Glisenti producía una gran variedad de armas, desde los revólveres Chamelot-Delvigne M.89 italianos, hasta los franceses Gras, los americanos Winchester y los ingleses Martini.
Especial importancia tine el revolver Glisenti modelo 1874,quizá más, por el cartucho empleado,el Glisenti 10,4 que por el revolver en si.
El cartucho de ordenanza italiano de 10,4 mm, conocido también como 10,35 mm italiano, fue concebido y fabricado originalmente para ser empleado con el revólver Chamelot-Delvigne Modelo 1873.
En 1889, cuando el ejército italiano adoptó el Bodeo, se aprovechó también para modernizar la vieja munición, a la que se culpaba de tener un bajo poder de detención y, por lo tanto, ser utilizable sólo a distancias extremadamente cortas. El cartucho, que por supuesto era de pólvora negra, tenía una carga propelente compuesta de 1,3 gramos de pólvora muy fina con una bala de 180 granos (11,6 grains).
 



Cartucho Glisenti cal. 10,4

En 1890, a raíz de que la Convención de Ginebra prohibiese el uso de munición expansiva, la bala de plomo fue revestida con un blindaje de latón y se disminuyó ligeramente su peso, que pasó a ser de 175 granos (11,35 grains) lo cual permitió ganar unos cuantos metros por segundo de velocidad.
En 1899, cuando la pólvora negra fue sustituída por balistita, (polvora sin humo) la velocidad del proyectil fue ya de 250 metros por segundo. Sólo por compararla con la de otras municiones de la época, la .45 Colt -nacida un año antes y de mayor diámetro- viajaba a 260 m por segundo; la 9 mm Bergmann de 1894 lo hacía a 366 metros por segundo y la 7,63 Mauser volaba a 1.450 m por segundo. Hoy, 130 años después de su aparición, este cartucho sigue siendo fabricado por la firma Fiocchi para coleccionistas.


Características

Nacionalidad:Italiana 
 Longitud:234 mm. 
 Peso:890 kg. 
Cañón:114,5 mm.  
Calibre:10,35 mm.  
Rayado: 4 r. dextrogiro.


15 de diciembre de 2008

Invención y evolución deI cartucho.


Se denomina cartucho a la carga de pólvora y municiones, o de pólvora sola, correspondiente a cada tiro de un arma de fuego, envuelta en papel o lienzo o encerrada en un tubo metálico, que puede contener solamente la pólvora, o ésta junto con el proyectil, o finalmente, ambos elementos y además el cebo.

CARTUCHOS DE PAPEL
Existen fundados motivos para creer que el cartucho apareció por primera vez en España, donde lo empleo la artillería en al segunda mitad del siglo XVI, dándole el nombre de cachucho, probablemente a causa de llamarse así cada uno de los huecos que en la aljaba servían para contener las flechas.
Ya Bernardino de Mendoza nos dice: “Los artilleros, hacen cachuchos ó sacos para cargar más fácilmente y apresurar las rociadas...” (Teoría y practica de la guerra, Amberes, 1595)
Esta innovación pronto pasaría a las armas ligeras, siendo ,al parecer, las tropas de infantería suecas del rey Gustavo Adolfo las que hacia 1630 introducen el cartucho de papel para cargar sus fusiles.
Este cartucho solo contenía la pólvora, lo que obligaba al tirador a realizar la carga en varios tiempos (introducir el cartucho de pólvora, el proyectil, cebar la cazoleta,...) y, por lo tanto, la capacidad de abrir fuego resultaba sumamente lenta. Había que introducir modificaciones en el cartucho que facilitaran mas la carga del arma, y en principio la cuestión fue solucionada con envolver el proyectil juntamente con la carga de pólvora. Pero esto no aceleró mucho la cuestión, dado que a causa del rayado del anima del cañón había que forzar la bala esférica con la baqueta, teniendo en ocasiones que llegar a golpearla con mazo, función que reducía mucho la velocidad de fuego. Esto se solucionó en parte con la aportación de un francés, el capitán Claudio Minie, quien diseñó una bala cilindrico ojival con base hueca donde se introducía una pieza tronco cónica de madera que al ser empujada por la fuerza de los gases, que produce la combustión de la pólvora, se introducía en la base hueca de la bala haciéndola aumentar de calibre y ajustar al ánima para tomar perfectamente las estrías. Posteriormente los ingleses perfeccionan la bala Minie logrando suprimir la necesidad de la cuña tronco cónica de madera.
El empleo de esta bala facilitó la carga y posibilitó una cadencia de tiro de dos o tres disparos por minuto, pero no era suficiente, había que seguir cebando la llave. El cartucho tenia que seguir evolucionando hasta que se le añadiera el pistón o cebo para tener los tres componentes que permitieran realizar la carga de una sola vez.
En 1799, Edward C. Howard, dio el primer paso al descubrir las pólvoras
fulminantes, que podían hacer explosión o prenderse al ser golpeadas. Innovación a la que no se la encontró aplicación hasta que en 1807, el sacerdote escocés Alexander Forsyth inventa la llave de percusión donde utiliza la propiedad de las pólvoras fulminantes de inflamarse al choque. Posteriormente cuando se ve que la idea funciona, una serie de armeros comienzan a perfeccionar la idea hasta que armero ingles Egess, inventa el pistón.
Solo faltaba ya que alguien encontrara la manera de unir el pistón al cartucho, y diseñara un sistema de retrocarga que evite el tener que cargar el arma por la boca de fuego. Y como las cosas complicadas siempre hay alguien que las hace fáciles, en 1836 gracias a Juan Nicolás DREYSE, ven la luz dos grandes inventos que
revolucionaran el sistema de carga en las armas de fuego: el fusil de aguja y el cartucho combustible.
El cartucho Dreyse, esencialmente consiste en una envoltura de papel que contiene ya los tres elementos básicos: pólvora, bala y cebo fulminante. Pero con un orden de colocación muy peculiar. El fulminante va situado delante de la carga de pólvora, en el fondo de un taco de madera, sobre el que se asienta una bala de
plomo de forma ovoidea; de manera que al disparar la aguja debe atravesar todo el espacio ocupado por la pólvora para incidir en el pistón.
 Cartucho Dreyse
Exceptuando Prusia la mayoría de las naciones consideraron el fusil de aguja y el cartucho Dreyse, un verdadero disparate, pero la realidad se impondría, y nunca mejor dicho, “por las armas”.
El 3 de julio de 1866, en la batalla de Sadowa, los prusianos, mandados por Guillermo I, y los austríacos, a las órdenes de Bernedek, se enfrentaron durante ocho horas. La superioridad del armamento prusiano (el fusil de aguja) fue la causa de las cuantiosas pérdidas experimentadas por los austríacos (60.000 hombres). Esta batalla, y las escaramuzas que la precedieron, pusieron de manifiesto de una manera ejemplar las ventajas que tenían el fusil y la munición desarrollada por Dreyse sobre todos los demás que estaban en uso en el resto de las naciones europeas.
A pesar de la incredulidad de algunos militares que propugnaron la idea de que al combatiente no se le podía dar tanta facilidad de abrir fuego, pues se derrocharía la munición en los primeros momentos del enfrentamiento, la realidad les demostró su necedad. Una nueva era se abría para las armas de fuego y la avancarga tenían sus días contados.
Sin demora, todas las naciones de Europa, comenzaron a cambiar el sistema de carga de sus armas aceptando las ideas postuladas por Dreyse. Se inicia una corriente de progreso para mejorar el sistema, y en esta ocasión será Francia la que coge el relevo.

Con la intención de disminuir la longitud de la aguja, pronto se variaría la colocación del pistón; aparece el cartucho Chassepot que lleva la cápsula iniciadora en el centro de un disco de cartón, que constituye el culote del cartucho; la envoltura es de papel parafinado recubierto con muselina de seda.

En este cartucho ya podemos ver una gran semejanza con los actuales, claro está, a excepción de la vaina.
Los cartuchos de papel tenían sus inconvenientes. La falta de resistencia y no resguardar de la humedad a la pólvora que contenían; además de la acumulación de sarro que producen en la
recámara, reduciendo el tamaño de la misma e impidiendo introducir un nuevo cartucho sin antes limpiarla, eran los nuevos problemas a solucionar..
En 1836 Casimiro Lefaucheux, basándose en estudios del maestro armero Pauli, idea un nuevo cartucho que solucionará en gran parte los inconvenientes anteriores. Entra en escena el “cartucho de aguja”(“A broche”), con un diseño diametralmente opuesto a los anteriores y técnicamente muy avanzado para su época. Estaba formado por un vaina de
cartón reforzada con un culote metálico, donde se sitúaba una aguja percutora exterior que incidía en un pistón situado en el interior del cartucho.

La vaina de cartón dilataba en el momento del disparo, ajustándose a las paredes de la recámara e impidiendo el escape de los gases por la misma en el momento del disparo. Dado que la combustión se producía en el interior del cartucho, no se formaba sarro en la recámara, evitando tener que limpiarla a menudo.
Parecía estar todo resuelto, pero en la práctica no fue así. Este sistema de espiga no dio buenos resultados debido a que el cartucho tenía un gran inconveniente en el peligro que supone la posibilidad de una ignición accidental al golpearse la aguja. En 1846, con la finalidad de evitar la humedad, se modifica el cartucho reformando la vaina que pasa a ser enteramente metálica.
Militarmente no tuvo mucho éxito, y aunque subsistió en armas de caza pronto sería
sustituido por un nuevo tipo de cartuchos.
EL CARTUCHO MODERNO
9 mm ParabellumFlobert (corte esquemático)9mm Flobert

Con objeto de utilizar en carabinas y pistolas de tiro de salón, Flobert desarrolla en 1845,un nuevo cartucho de vaina totalmente metálica (cobre) y escasa potencia. Como este cartucho no contiene carga de pólvora, siendo el fulminante el único elemento que interviene como iniciador y carga de proyección, podemos decir, que lo que hizo Flobert fue darle nueva forma a una cápsula fulminante, aumentándola de
tamaño, alargándola y encajándole una pequeña bala esférica de 6 mm en la boca del cartucho. Lo más importante de este cartucho radica en el sistema anular de percusión que serviría de base a los modernos cartucho de percusión anular.
El nuevo sistema consiste en un pliegue hueco, situado en la periferia del culote de la vaina, que además de hacer las veces de tope del cartucho con la recamara, sirve para alojar la sustancia fulminante. El impacto del percutor del arma sobre este pliegue provoca la ignición del cartucho.
Este cartucho seria perfeccionado hacia 1857 por Horace Smith y Daniel Wesson. Estos dos armeros de Springfield (EE.UU) lanzan al mercado su revólver modelo nº 1 el “Frist Issue Revólver”, recalibrado para un nuevo cartucho, el . 22 Short (.22 Corto).Considerado como el primer cartucho moderno, el .22 Corto, fue desarrollado a partir del cartucho Flobert. Básicamente lo que hicieron los avezados armeros, fue añadir al cartucho una pequeña carga de pólvora negra, que le proporcionó más potencia, y cambiar la forma del proyectil, dándole forma ojival.
La bala seguía siendo de plomo y del mismo diámetro que la vaina, sujetándose a ésta mediante un pequeño pliegue embutido en la base del proyectil y dejando al aire la mayor parte de la misma y su revestimiento lubricante (bala de talón o lubricada exteriormente).
El éxito rápido y sin precedentes tanto del arma como de este pequeño cartucho, hizo que se diseñaran cartuchos de fuego anular más potentes y de mayor calibre. Llegando a fabricarse calibres como el .44 Henry, o el que sería uno de los cartuchos de ignición anular más eficaces y potentes durante la Guerra de Secesión de los EE.UU., el 56 – 56 Spencer.
Daba la impresión de sería el sistema definitivo; pero, al ir aumentando la potencia de los cartuchos y comenzar a utilizar las pólvoras sin humo (más potentes), aparece un gran defecto en el sistema de ignición. El problema radica en la necesidad de que el grosor del latón que forma el pliegue del culote del cartucho tiene que ser muy fino para permitir que la mezcla detonante pueda ser sensible al impacto del percutor lo que hace que la resistencia del cartucho sea muy limitada, y consecuentemente no pueda admitir mucha carga de pólvora, restando potencia al cartucho. A la postre, ante la imposibilidad de solucionar el defecto, haría que en este tipo de cartucho solo subsistieran los pequeños calibres (.22 Sort ; .22 Long ; .22 Long Rifle; 22 “Wilcat” Long Rifle; 22 Winchester Magnum; 5mm Remington Magnum).
Intentando solucionar el problema de los cartuchos anulares, en los Estados Unidos, el coronel Berdan, diseña un nuevo cartucho donde el fulminante está situado dentro de una cápsula de percusión que se aloja en un orificio practicado en el centro de la base del culote de la vaina, motivo por el que, para distinguirlos de los de percusión anular, serán denominados de percusión central. Este cartucho se fabrica mediante embutición, y tanto las paredes como el culote de la vaina pueden tener un mayor grosor que permite soportar mayores presiones que darán mayor inercia a la bala, aunque esta sea más pesada y de mayor calibre.
Por esta misma época, en Inglaterra, Edward Boxer patenta un cartucho de percusión central cuyo procedimiento de construcción es más sencillo y económico. La novedad consiste en fabricar la vaina mediante una fina lámina de latón, que se enrolla alrededor de un molde metálico.

 El cilindro a sí obtenido, se ajustaba posteriormente a un culote metálico que contenía la cápsula detonadora. No hay duda que resultaba más fácil y más barato la construcción de la vaina pero, no prosperaría la idea, dado que la lámina de latón enrollado tendía a separarse de la base (culote) producendo gran numero de interrupciones en el arma. Por si esto fuera poco, las vainas fabricadas mediante este sistema, no se prestan a ser recargadas y poder utilizarlas varias veces.
Este tipo de cartuchos Boxer sólo fueron empleados en Inglaterra, principalmente en fusiles (Snider y Martini-Henry), pero también hay que mencionar su utilización en algún arma corta como los revólveres Webley calibre .442 (fabricados en 1868 para la Real Policía Irlandesa).
Dejaremos pasar un poco de tiempo y algunas experiencias fallidas o desechadas, para situarnos en el año 1873. En el Arsenal de Frankford, Filadelfia (EE.UU), con la intención de desarrollar un nuevo cartucho, se procede a experimentar con una serie de cartuchos de los diferentes sistemas utilizados por aquellos días. Básicamente, de esa experiencia, saldría lo que sería el tipo de cartucho que hoy conocemos, y cuyo concepto básico ha variado muy poco.
No quisiera finalizar este recorrido en el tiempo sin citar algunas experiencias muy singulares.
La primera de ellas fue la bala Hunt. Patentada en 1848, consistía en un proyectil hueco repleto de pólvora, y cerrado en su parte posterior con un disco de cartón dotado de un pequeño orificio para permitir la ignición de la carga.
Estaba diseñada para utilizar en armas de avancarga, y de hecho fue utilizada en el “Salvaje Oeste”, por mas de uno, para cargar su arma.
Este sistema no tuvo mucha aceptación y fue desechado, pero en 1965, en los EE.UU, la firma californiana MBA Associates, presenta su pistola Mark I, arma que utiliza un nueva munición basada en la bala Hunt, la Gyrojet.
Otra experiencia dotada también de un sistema muy peculiar de ignición, fueron los cartuchos de percusión central interior. Estos sirvieron de transición entre los anulares y los centrales exteriores. A simple vista, por fuera, son idénticos a los de percusión anular, y para poder diferenciarlos tendremos que fijarnos en las estampaciones o marcas de fábrica que llevan en la base del culote; como norma general, la mayoría de las veces, los de fuego anular llevan la estampación en el centro, mientras que los de percusión central interior la llevan en la periferia.
Sin embargo, interiormente el sistema esta compuesto de un pistón fijado a la base interior del culote, mediante un alambre que encaja en el pliegue donde, en los cartuchos anulares, va la substancia fulminante.
Mas recientemente, tenemos el cartucho “Trounds”. Diseñado en 1958 por David Dardick, se decía que estaba desarrollado para ser utilizado en armas factibles de ser empleadas en el interior de aviones. La vaina triangular de
este cartucho, primeramente se fabricó en aluminio, pero posteriormente paso a ser realizada en Fortiflex (plástico polietileno). Dardick desarrolló varias pistolas en torno al “Trounds”(Dardick.38 Series 1100, 1500 y 2000).
Como broche final, nos resta mencionar el cartucho combustible desarrollado en
1983, por la H&K para el fusil “G-11”.
Lo más destacable de ésta munición de reducidas dimensiones (34 mm de longitud), es la ausencia de vaina y su forma rectangular. Todos los componentes del cartucho, a excepción del proyectil, son combustibles, no dejando residuos en el arma. La bala ojival de forma puntiaguda y calibre 4,7 mm, conserva su velocidad a larga distancias,ofreciendo una penetración en profundidad a distancias superiores a los 600 m




AHORRE TIEMPO Introduzca marca o modelo