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15 de noviembre de 2019

Fusil Teppo,el de los samurais.


<<....en 1543, comerciantes portugueses arribaron a Japón buscando un intercambio comercial y entre los artículos que intercambiaron fueron arcabuces europeos.A partir de 1549, diversos artesanos desarrollaron la técnica necesaria para reproducir estas armas y comenzaron a fabricar los arcabuces japoneses llamados Teppo.Para 1553 el ejército de Oda Nobunaga ya contaba con 500 arcabuceros, los cuales darían muestras de su efectividad con las tácticas adecuadas como disparos circulares utilizados en la batalla de Nagashino.....>> 

Lo primero que llama la atención de este tipo de mosquete,es la peculiar forma de su culata o caja,No tiene similitud con cualquiera conocida,ya que estaba pensada para su apoyo en la mejilla.Generalmente,a los occidentales nos parece una forma de tiro inusual por habernos aconstumbrado a las armas largas con apoyo en el hombro,pero en la época en que evolucionó este arcabuz lo adaptaron a las necesidades militares del momento y ciertamente le sacaron un buen rendimiento.
La forma de tiro en combate era apoyando el arcabuz tras unas pequeñas vallas transportables de unos cinco metros de longitud.Para mantener una buena cadencia y precisión en el disparo,los Teppo-Tai dividían a sus hombres en tres grupos,de forma que mientras los más retrasados cargaban,el central cebaba la cazoleta,y el más adelantado disparaba,todo ello en una secuencia de fuego ininterrumpido,que si estaba bien coordinada podía inmovilizar o hasta eliminar las cargas del enemigo.Una vez comenzado el combate los Teppo-Tai teniían permitida una cierta iniciativa por la que podían evolucionar de forma relativamente autónoma,algo similar a lo que ocurría con las compañías de arcabuceros españoles del siglo XVI que mandaba Gonzalo Fernández de Córdoba,nuestro Gran capitán.
La culata,o mejor caja,suele ser muy ligera,estilizada y generalmente realizada con madera de cerezo hasta la boca.Para su protección,y también por estética,estaban tratadas con lacas más o menos costosas y elaboradas en función del destino del arma.Sobre ésta se montaba el cañón asegurado con dos pasadores o más de latón,mientras que el cuadradillo del tapón de la recámara quedaba encastrado sobre la madera sin más refuerzo que una anilla de latón sobre ella.La llave,como el resto de guarniciones y adornos,va asegurada siempre con pasadores.La baqueta de carga era también de madera de la misma procedencia,y en muy pocas ocasiones reforzada con latón en el puntal.El proceso de carga y disparo suele ser bastante sencillo,ya que lo efectuaban con proyectiles ligeramente sucalibrados,de forma que introducía la carga de pólvora,a continuación el proyectil que aseguraban con la baqueta,y procedían al cebado de la cazoleta y cierre de la misma.El arma ya estaba cargada y dispuesta para insertar la mecha en el serpentín,y en el momento oportuno abrir la cazoleta y efectuar el disparo.Todo esto se tarda más en leerlo que en realizarlo.La ventaja de los proyectiles subcalibrados consiste en que el proceso de carga es más rápido,si bien la potencia del disparo se resiente considerablemente,al menos en los primeros,ya que a medida que el cañón acumula suciedad,la potencia aumenta al existir menos viento básico.
El cañón,siempre de anima lisa,es la única parte del arcabuz realizada en hierro,ya que el sistema de fundición de los japoneses era lento y costoso,siendo éste un elemento caro y considerado estratégico.Los japoneses,siempre apegados a sus tradiciones ,los fabricaron siguiendo un proceso de forja que consistía en en estirar y enrollar una lámina de hierro,sobre una barra del calibre aproximado.Los finalizaban calibrándolos y dando al exterior la forma ochavada que los caracteriza.Generalmente llevaban la boca reforzada más o menos artísticamente,aunque en tiempos de guerra o para armas de baja calidad se prescindía del refuerzo.El tapón de cierre de la recámara  es el único tornillo que llevan estas armas y fue el escollo que encontraron originalmente los artesanos nipones a la hora de copiarlas,ya que desconocían la rosca.La cazoleta de hierro suele ir solidaria al cañón y lleva un taladro que comunica el fondo con la recámara.Entre ésta y el cañón lleva un paravientos de latón,y sobre la misma el cubre cazoletas bastante ajustado que se encastra como una petaca.
Los elementos de puntería,generalmente de hierro,son muy básicos y sin posibilidad de corrección,aunque en algunos tipos de alza existe un canal central que permite insertar una hoja de metal  que facilita la corrección en altura y deriva.Los hay de formas muy variadas,y todos ellos mantienen una cierta similitud que hace bastante difícil su datación.En algunos grabados de la escuela Inatomi se pueden apreciar las diferentes posturas de tiro y tomas de mira,si bien algunas parecen poco verosímiles.
La llave es otro elemento pintoresco de estos arcabuces,y aunque paree arcaica tiene innumerables ventajas sobre las occidentales de la época,ya que desde un primer momento gozaron de un sistema de disparo rápido y nunca por aproximación.Se caracteriza por ser totalmente de latón,incluidos los resortes  que podían ser de lámina,doblados o en espiral y estar montados en el interior o exterior de la llave.En algunos ejemplares de arcabuces muy especiales,el serpentín y la placa podrían ser también de hierro,pero son una excepción.El disparador era una simple leva pendular con variadas formas que en algunos casos estaba protegida por un arco guardamonte.
No solían llevar elementos decorativos,salvo las armas destinadas a personalidades de alto rango que podrían llevar grabados o incrustados motivos florales,dragones y otros referentes a la familia.

28 de diciembre de 2013

El trabuco

 

Si buscamos en el diccionario la palabra "trabuco" solemos encontrar referencias a una máquina de guerra que con anterioridad a la invención de la pólvora se utilizaba para arrojar gruesas piedras ,acepción que precede a la de arma de fuego con cañón de boca acampanada que todos conocemos y a la que aquí haremos referencia sin entrar en las razones a las que pudo obedecer el que se diera a dos armas tan dispares una misma donominación.
La aparición del trabuco,tal como hoy día lo concebimos,debe fijarse en los inicios del siglo XVIII,cuando la generalización del uso de las llaves de chispa desplazó a mosquetes y arcabuces en beneficio de los fusiles y escopetas,y las armas de fuego dejaban de ser propias de algunas determinadas tropas y acaudalados personajes,y se imponían en la guerra,en la caza y en la defensa personal, adoptando las  características más adecuadas a su especial cometido.Indudablemente el trabuco constituía un arma de defensa personal,pese a su utilización ocasional o accidental por parte de fuerzas militares,y en su escala de valores la contundencia o efectividad en distancias cortas prevalecía sobre la precisión y alcance;su utilidad se basaba pues en el factor sorpresa y su poder disuasorio,muy superior al que ofrecían las pistolas pero también menos susceptible,por sus dimensiones, a ser ocultado  como aquellas en el atuendo que pudiera permitirse un caballero de la época.Así el trabuco constituyó mayormente armamento de bandoleros, contrabandistas y demás personal que en los siglos XVIII y XIX practicó la vida a salto de mata, quedando en desuso en lo inicios del siglo XX pero no desgraciadamente por la sensatez  de la humanidad, sino sustituido por las escopetas de cañones recortados y más tarde por las armas automáticas, armamento heredero de las virtudes y defectos del trabuco.
La gamma de trabucos que hoy podemos localizar en colecciones y anticuarios es muy extensa,y en relación al tamaño van desde los ejemplares provistos de horquilla que requerían su fijación en un punto de apoyo,pasando por los modelos convencionales de mayor o menor tamaño hasta llegar a las pistolas trabuco.En su práctica totalidad son armas de avancarga,y las llaves que montan son de chispa transformadas a pistón o bien ya concebidas originalmente como de pistón.Los cañones son de bronce o de hierro,incluyendo el tipo mixto que presentaban tuvo de hierro unido a la boca acampanada de bronce.
Este último tipo de cañones es el que suelen montar los denominados trabucos "folclóricos",equipo de las
comparsas que animaron y animan muchas fiestas populares  y que no deben de confundirse con los auténticos trabucos propios del bandolerismo.La confusión se ve sin embargo favorecida en muchas ocasiones por el hecho de que en la fabricación de estos trabucos se utilizaron mayormente piezas procedentes de desguace de armamentos inútiles o anticuados que confieren a las armas un aspecto muy distinto al que tendrían de haber sido fabricadas enteramente como equipo de aderezo.Con todo,las
llamativas cajas con culatas talladas a la catalana,con adornos de latón,y con cañones que carecen de un acampanado progresivo para la adecuada dirección de la carga ,demuestran claramente el fin para el que fueron concebidos.Algunos se localizan además montando llaves de serpentín y evidenciando una época de fabricación en la que dichas llaves estaban en total desuso.La utilización de elementos de desguaze en la producción de trabucos no se limitó sin embargo a los "folclóricos" y alcanzó a la práctica totalidad de la producción económico circunstancial de este tipo de armas en las que,como en todo,en muchos casos cabe calificar como esmerada,y por supuesto,solo asequible a las clases adineradas.
 Los trabucos de horquilla que se localizan,y que constituyeron mayoritariamente  armamento de embarcaciones ligeras, suelen montar llaves de fusil y ofrecer un acabado realmente tosco.Sus cañones suelen ser de hierro,muy reforzados,y las guarniciones sencillas,evidenciando que sus destinatarios no habían de distraer un solo segundo de su tiempo en otro concepto que el meramente efectivo del arma como tal.
En los modelos convencionales es ya más abundante la producción de calidad,que suelen presentar cañones de bronce,ochavados en su primera mitad y con acampanamiento progresivo en la segunda a partir de su inicio.Estos son los clásicos trabucos que en su producción española raramente ofrecen marcas de fábrica pese a su excelente acabado,como si se tratase de mantener el anonimato de tal menester.

Con las naturales excepciones,los trabucos con cañón de hierro suelen mostrar un acabado más económico,abundando los ejemplares que incorporan llaves y guarniciones procedentes del desguace de armamento militar.Entre estos cabe distinguir los que incorporan cañones originales y los que emplean cañones de fusil de longitud acortada y boca ensanchada mediante forja;éstos son los más comunes, y sin duda los que constituyeron el armamento de bandoleros, contrabandistas y guerrilleros.
Los fusiles ingleses que llegaron a España durante la Guerra de la Independencia debieron constituir la cantera principal en la obtención de elementos utilizados en la fabricación de trabucos;la fijación de los cañones en estos fusiles mediante pasadores en lugar de abrazaderas,los hacía preferibles a los españoles y franceses que utilizaban éstas últimas.En los trabucos la utilización de abrazaderas en la fijación del cañón es muy rara y siempre sospechosa,ya que el diámetro de la boca del cañón imposibilitaba o al menos dificultaba la fijación mediante abrazadera.La pistola-trabuco hubo de tener un uso más restringido a juzgar por la escasa existencia que de ellas se localizan,resultando por lo general ejemplares de fabricación esmerada dedicada a clientes cuando menos distinguidos.La existencia de piezas económicas es prácticamente nula,en contraposición a lo que ocurre con los trabucos convencionales.En estas pistolas sin duda las más impresionante es la que figura en la Colección del Museo del Ejército (Toledo) con dos cañones de bronce que alcanzan en la boca un diámetro de 59 mm,con un peso total de 4,400 Kg;el Gereral Caballero de Rodas fue su propietario.
Este tipo de armas no tuvo ningún modelo reglamentario en nuestro ejército,pero la imaginación popular nos hace relacionarlos de inmediato con los guerrilleros que se enfrentaron al ejército de Napoleón y con las Guerras Carlistas.

8 de diciembre de 2008

Origen y evolución de las primeras armas largas de fuego

Aunque en principio existió una gran confusión sobre quien fue el inventor,o lo que viene a ser lo mismo,que pais fue el primero en usar armas de fuego,a la fecha de hoy en día se puede afirmar con toda certeza que este pais fue China
No hay una sola evidencia de armas de fuego en Europa antes del siglo XIV, pero los arqueólogos han encontrado un arma en Manchuria que data del siglo XIII, y un historiador ha identificado una escultura en Sichuan del siglo XII en que aparentemente se representa la figura de un arma de fuego. Dado que toda la evidencia apunta a que se originaron en China, lo más correcto es concluir,dando por zanjada la controversia
Los europeos ciertamente tuvieron armas de fuego en la primera mitad del siglo XIV, los árabes obtuvieron armas de fuego en el siglo XIV también; y los turcos, iraníes e indios las adquirieron en el siglo XV, en cada caso directa o indirectamente de los europeos. Los coreanos adoptaron armas de fuego de los chinos en el siglo XIV, los japoneses las adquirieron de los portugueses en el siglo XVI. 


En el año 1231 en la batalla de Kuang Fen los chinos utilizaron la pólvora como elemento propulsante de sus "flechas voladoras".

Algunos autores mantienen que el primer relato documentado de artillería impulsada por pólvora que se haya empleado en el campo de batalla es del 28 de enero de 1132, cuando el general Han Shizhongde la Dinastía Song usó escaladas y huochongs para capturar una ciudad de Fujian. 
En algún momento alrededor del año 1249, los chinos de la Dinastía Song comenzaron a colocar la pólvora primitiva en medio de gruesos trozos de bambú para utilizarlos como armas de fuego, disparando bolitas de arcilla como lo haría una escopeta actual.
La primera mención expresa acerca de la composición de la pólvora en Europa apareció en 1216 en Oxford, dentro la obra de Roger Bacon "De nullitate magiæ". Luego, en su "Opus Maior" de 1248, describe una fórmula de uso militar.
El autor inglés describió los petardos, que «se utilizaban en ciertas partes del mundo». La mezcla que presenta Bacon se asemeja a la supuesta composición china de consumo lento, utilizada en las flechas de fuego y los cohetes, pero probablemente no funcionase tan bien como pólvora para los cañones (el contenido de sal de nitro es demasiado bajo). En 1250, la "Konungs skuggsjá" noruega, en su capítulo sobre el ejército, mencionó el empleo de «carbón y azufre» como la mejor arma para el combate entre navíos.
Es probable que en esta época se utilizaran armas de mano, ya que en 1281 los scopettieri ("portadores de armas" ) italianos son mencionados junto con los ballesteros. Existen referencias más fidelignas en dos manuscritos de Walter de Milimete, capellán de Eduardo III de Inglaterra que se remontan a 1326 y que describen lo que actualmente se consideran los modelos más antiguos de armas de fuego. 
 La Bombardilla de Loshult es considerada actualmente como el arma portátil más antigua (con un peso aproximado de nueve kilogramos). Recuerda de un modo notable las bombardas ilustradas en los manuscritos de Walter de Milimete.
 Estas armas se cargaban introduciendo la pólvora por la boca del cañón, un taco y el proyectil (o proyectiles). Con toda probabilidad, el método de ignición para estas armas era el botafuego, es decir, una varilla con un trozo de yesca o mecha encendida asegurada a uno de sus extremos.


                                       Trueno de mano de Tannemberg, circa 1390. Alemania
                                                     Germ. Nationalmuseum, Nuremberg


                                                    Trueno de mano de Mörkö, circa 1390.
                                                    Statens Historiska Museum, Estocolmo



                                                  Trueno de mano de Frankenburg, circa 1460.
                                                               Historisches Museum, Berna


El gancho o prominencia inferior que presentan algunas de estas piezas portátiles servía para apoyar el arma contra un muro, parapeto o la regala en las bordas de los barcos. En el momento del disparo, buena parte del retroceso se amortiguaba con este saliente.
En Alemania, las armas provistas de este tipo de ganchos se llamaban "Haken-büchse" (arma con gancho), de cuya voz derivaron más tarde los términos "hackbut" en inglés, "arquebuse" en francés y, siguiendo la misma linea, "archibugio" en italiano y "arcabúz" en castellano. El gancho inferior de estas armas portátiles, especialmente en las armas de muralla, se mantendrá durante todo el siglo XVI.

Manejo

Las primeras armas de fuego portátiles podían usarse de dos maneras distintas:

1. Como una rudimentaria bazuca con la cureña apoyada sobre el hombro y una mano sosteniendo el arma mientras la otra mano sostenía una brasa para encender el fogón del arma en el momento indicado. 
2. Con una técnica de tiro en la que una mano apuntaba el arma mientras que el peso de la misma se aguantaba apretando la cureña bajo las axilas.

Con la ballesta como base, se evoluciona en el diseño ergonómico de la cureña de las armas de fuego portátiles, así podía manejarse con la cureña apoyada en el hombro del tirador, sujeta por la mano izquierda, y con la mano derecha preparada para acercar la brasa al fogón.

Guerras husitas.
Las cruzadas contra los husitas implicaron las acciones militares contra los partidarios de Jan Hus en Bohemia durante el período comprendido entre 1420 hasta casi 1434. Estos fueron los primeros combates en Europa en los que las armas portátiles de fuego tuvieron una contribución decisiva.

El arcabúz

En el siglo XV surge el arcabuz, un arma larga de fuego de avancarga, antecesor del mosquete. Su uso estuvo extendido en la infantería europea hasta el siglo XVII. A pesar de su longitud, el disparo era de corto alcance (apenas unos 50 metros efectivos), pero letal, en esa distancia podía perforar armaduras. Era fácil de manejar y desplazó rápidamente el uso de la ballesta, que desapareció a mediados del siglo XVI. Si se comparan sus prestaciones en combate con los arcos y ballestas, era imprecisa y de menor alcance, pero más poderosa, intimidadora y requería mucho menos destreza para manejarla con eficacia. Aunque el uso del arcabúz estaba difundido antes de la invención del mosquete (su evolución), fue contemporáneo y rival en uso de esa segunda arma, la cual le desplazó lentamente, despareciendo casi completamente en el siglo XVIII.

 
 Arcabucero con su característica mecha encendida en la mano.

Se diferencia del cañon de mano principalmente por incorporar algún mecanismo o “llave” de iniciado de la polvora, ademas de algún grado de sofisticación en forma y tamaño para hacerla mas manejable, o ergonómica como se dirá siglos después. De hecho, es a veces muy difícil definir si una arma antigua de esta época que se encuentre en algun sitio arqueologico es un cañon de mano del último período en torno a 1520 con llave de mecha, o un arcabuz primitivo de esa misma época.

El cañón y el cuerpo.

El arcabuz estaba formado por un cañón de hierro de una longitud de unos 93,92 cm. y un calibre variable, entre los 15 a los 20 mm., montado sobre un madero de aproximadamente 1 m. de longitud que normalmente era de cerezo o nogal (se prefería la primera, pues el nogal era más pesado). La culata (en el siglo XVI se denominaba "mocho" ) solía ser recta, no curva, pues era mejor en el uso para los soldados. El cañón tenía en su parte posterior un orificio por el que se aplicaba en el momento del disparo la mecha encendida. En total, el arcabuz llegaba a pesar de entre unos 4 kg y 5 kg.

Mecanismo.

El más corriente fue el de mecha, más usado en el siglo XVI y de pedernal aparecido a mediados del siglo XVII
El mecanismo de mecha consisitía en colocar una mecha encendida en un trozo de hierro a modo de palanca, llamada serpentín que, accionada por el gatillo, se introducía en el oído (donde se encontraba la cazoleta, llena de pólvora), donde se producía la explosión disparando la bala.


A mediados del siglo XVI se introduce en los arcabuces la cubrecazoleta, una tapa que cubría en las marchas o días lluviosos la cazoleta, pues si la pólvora se mojaba, no se produciría la explosión.
También en ell siglo XVI apareció el mecanismo de llave de rueda, mucho mas sofisticado que la antigua llave de serpentín, y que es similar a como funcionan las ruedas de encendido de los encendedores de bolsillo modernos.
Actuaba basada en  los principios de hacer fuego usando el pedernal y el eslabón, adecuándolos a un mecanismo para un arma de fuego.
Se insertaba una palanca en el eje de una rueda para girarla contra un resorte. Luego al disparar, la rueda giraba de vuelta a gran velocidad rozando una piedra de pedernal sujeta por las mordazas de la palanca articulada que de ahora en adelante pasaría a llamarse “gato”,generando de esta forma chispas que encendían la pólvora de la cazoleta.
El mecanismo era muy sofisticado y requería de mucho tiempo y destreza para que un artesano pudiese fabricar uno de ellos. En esa época, tan sólo los mecanismos de los primeros relojes de péndulo eran mas finos y precisos que estas piezas. Demas está decir que ademas eran terriblemente  caros.


La llave de rueda, también llamada de rosa o de fuego, consistía en una rueda dentada, que al girar rápidamente contra una piedra blanda, piedra de fuego o piritas le hacía despedir chispas.


Arcabúz con llave de rueda. Podemos ver la palanca que se usaba para girar la rueda.

El mecanismo de pedernal no se introduce en el arcabuz hasta, más o menos, 1670. Para entonces, el arcabuz no era un arma de fuego de infantería, pues el arcabuz había sido sustituido por el mosquete, sino de caballería. El mecanismo de pedernal era más caro, aunque más seguro y eficaz para el soldado. La llave de pedernal consistía en introducir una piedra de pedernal que funcionaba como mecha. Se introducía en la cazoleta y la chipa producida daba paso a la explosión . El mecanismo era parecido al mecanismo de la mecha pero se sustituía la mecha por la piedra de pedernal.


Al apretar el gatillo un pedernal choca contra un metal lo que provoca una chispa que enciende la pólvora de la cazoleta que a su vez, a través de un fino agujero(oído), prende la pólvora depositada en el cañón e impulsa la bala.

Munición.

La munición del arcabuz consistía en la pólvora y la pelota, la bala propiamente dicha. La bala, de forma esférica, estaba hecha de plomo y solía pesar unos 10 g aproximadamente. Las balas debían estar hechas de tal manera que entrasen holgadamente en el cañón del arcabuz. El que existiera una distancia entre la pared del cuerpo y la bala (Cristóbal Lechuga, maestre de campo, nos indica que se llama viento) ayudaba a que los gases que se producían en la explosión para expulsar la bala no obstaculizasen y frenasen el disparo, ralentizando a la bala. La bala era introducida por el cañón, como arma de avancarga. Se introducía gracias a una baqueta de hierro que era usada como rascador (para limpiar la pared interna del arcabuz) y atacador (para que llegase la bala a la recámara). Las balas eran hechas, a veces, por los mismos soldados, quienes adquirían plomo y una tenaza con la que se hacían las balas, pues tenían la forma.
El soldado llevaba dos tipos de recipientes para la munición, un frasco donde se llevaban las pelotas y un frasquillo donde se llevaba la pólvora para cebar la cazoleta. En algunos casos, se llevaban recipientes con la bala y la cantidad exacta de pólvora, estos frasquitos en los tercios españoles eran doce y los soldados los llamaban comúnmente los doce apóstoles.
Para accionar el mecanismo de mecha se llevaba una cuerda formada de lino o cáñamo, rebozada con agua y salitre, para que, cuando prendiera, diera más fuerza en la explosión. Pero esto ocasionaba que la cuerda se malgastara pues ardía con rapidez.
Para accionar el mecanismo de pedernal, se llevaban varias piedras de pedernal que solían durar bastante.
El alcance útil del arcabuz no superaba los 50 m y habitualmente se prefería disparar a menos de veinticinco metros de distancia del enemigo, pero la evolución y mejoramiento del arcabuz dio más alcance efectivo (se cree que a finales del siglo XVII, podían tener un alcance de doscientos metros).

Detallaremos la serie de movimientos necesaria para un arcabuz de mecha con cubrecazoleta [c.1540-c.1670]

CARGA

1. Cebar la cazoleta con el polvorín.
2. Cerrar la cubrecazoleta
3. Soplar sobre el conjunto - cerrada la cubrecazoleta - para eliminar los restos de pólvora que hayan caído fuera de la cazoleta, en soslayo de una ignición fortuita.  
4. Llenar el arcabuz con la carga principal de pólvora. Bien usando los frascos - o doce apóstoles con la carga dosificada - llevando la boca del frasco a la boca del arcabuz y volcando todo su contenido, o bien usando el frasco principal, y echando a ojo una carga de pólvora, regulando su volcado con un pulsador que liberaba la apertura del frasco.
5. Introducir la bala por la boca del arcabuz 
6. Sacar la baqueta del fuste, acortarla y llevarla a la boca del arcabuz.
7. Llevar la baqueta por el ánima del cañón hasta tocar la bala, y golpear dos veces sobre esta para prensar la pólvora. 
8. Sacar la baqueta e introducirla de nuevo en el fuste.

COLOCACIÓN DE LA MECHA

9. Colocar la mecha en el serpentín, tomando la medida del trozo que se ha de engarzar, de manera que el cabo encendido caiga justamente sobre el polvorín.
10. Avivar el cabo encendido de la cuerda para que haga buen efecto, soplando sobre él.

DISPARO

11. Llevarse el arcabuz al hombro y apuntar. 
12. Liberar la cazoleta de su tapa. 
13. Pulsar el disparador. (..........y esperar qu haya suerte)
14. Soplar la cazoleta para eliminar los restos de pólvora quemada y posibles rescoldos, quedando el arma preparada para reiniciar el proceso.

El mosquete

Contemporáneo en la historia con la última época del arcabuz, el mosquete se perfiló como una variante mas pesada y potente del anterior, tan pesada que las versiones primitivas debieron contar con un accesorio especial en la forma de un monopié terminado en una horquilla superior. En esta horquilla se apoyaba el arma para hacerla mas estable en el momento del disparo. El mosquete nace como pieza ligera de artillería para defensa de plazas fuertes a principios del XVI. De hecho en fecha tan temprana como en 1501 se hace referencia entre las piezas entregadas a fortalezas del reino de Granada, un mosquete de una arroba y cuatro libras de peso [13,34kgs].
Estas piezas no obstante, no eran armas portátiles para el uso de la infantería en campo, sino mosquetes de posta, o de muro, que aunque manejados por una sola persona, necesitaban de un punto de apoyo - normalmente el propio muro de la fortaleza, de ahí su apellido, o un caballete - para poder ser disparadas, en tanto su enorme peso hacía inviable que un hombre las manejara para hacer puntería con ellas. No fue hasta la década de 1560, cuando el mosquete - aligerado y apoyado en una horquilla de madera - hace su salida de las fortalezas como arma portátil del infante. El mosquete fue esencialmente un arma idéntica a su hermano pequeño el arcabuz, radicando su diferencia en sus dimensiones [calibre, longitud, peso] prestaciones [alcance, potencia y cadencia] y en su manejo, ya que por su peso [entorno a 7.5-8.5kgs] requería del uso de una horquilla para su apoyo. 
El calibre de un mosquete solía ser de onza y media de bala o dos onzas, aunque había piezas portátiles de hasta dos onzas y media.

1 onza = 1/16 libra castellana = 28.75 gramos.
1 bala de plomo de 2 y ½ onza de peso tendría 22.55 mm de diámetro.
1 bala de plomo de 2 onza de peso tendría 21 mm de diámetro.
1 bala de plomo de 1 y 1/2 onza de peso tendría 19 mm de diámetro.

La longitud del cañón solía ser de entre 5 y 6 palmos [o cuartos] de vara castellana [100-120 cm] y su peso [sólo del cañón] de entre 15 y 20 libras [5-6.5kgs].

La caja [fuste y mocho] se hacía de madera de cerezo, y las llaves fueron de mecha en la mayor parte del periodo que tratamos, hasta que en el último cuarto del siglo XVII comenzaron a sustituirse por las llaves de pedernal.

Pelotas

Un mosquetero debía llevar unas 25 pelotas o balas de plomo consigo - la mitad que un arcabucero - número que constituía el que resultaría necesario para una batalla. No obstante esto, tal vez algunos soldados llevasen menos - excusando así la carga - o consumiesen más - dependiendo de las ocasiones - con lo que deberían recibir suministro de pelotas hechas, que se transportaban en cajas en los carros de la artillería. Por este motivo, era muy necesario que los calibres fueran lo más comunes posibles, para evitar el inconveniente de no tener la munición adecuada con que servir las armas. En todo caso, nos remitimos a lo ya indicado para el arcabuz, junto con el arma se suministraba una turquesa o molde para la fabricación de las balas, y al soldado se le entregaba el plomo en pasta para que el mismo labrase sus pelotas. En cuanto a lo que se refiere a la descripción de llaves, pólvora, frascos, frasquillos, balas, mechas y demás equipamientos del mosquete, para no extendernos, nos remitimos al hilo arcabuz y nos centraremos de aquí en adelante a destacar únicamente aquellos aspectos diferenciales de la pieza menor.

Alcance

Martin de Eguiluz narraba de los mosquetes en 1592:
Alcanzan mucho, y matan a cuatrocientos pasos a un caballo.
Miguel Pérez de Ejea daba el dato que sigue en el año de 1632:
[800 pies es la distancia] donde empiezan a hacer efecto las bocas de fuego, entrando dentro  la jurisdicción y puntería de los mosquetes. [800 pies = 222 metros] 
Sebastián de Medrano recogía el siguiente dato en 1700:
La primera máxima es que línea de la defensa no sea mayor que el alcance del mosquete de punto en blanco, que es mil pies geométricos.

O sea, algo más de 220 metros para un mosquete del primer tercio del XVII, y cerca de 270 metros de alcance de punto en blanco para un mosquete de finales de dicho siglo.( * 1 pie [geométrico] = 1/3 de vara castellana = 27,77mm )

Horquilla

La horquilla solía ser de 7 palmos [unos 146 cm] y su asta debía ser de madera de espino, u otra madera fuerte, antes que madera dulce, porque a pesar de que fuera más pesado, había de sufrir bastante peso y trabajo.
La U de la horquilla era de metal, y asimismo, la horquilla contaba con una contera de metal en su pie, para que no se desgastara la madera en su contacto con el terreno.
A finales del siglo XVII, el mosquete se apropia definitivamente del campo de batalla. De los sistemas de cuerda y rueda de sus inicios, se pasará al sistema de chispa. La incorporación de la bayoneta, primero encastradas -se introducían en el cañón e impedían disparar- y luego, a mediados del siglo XVIII, de cubo –que permiten calarla sin obstruir el cañón-, permitirán prescindir de la infantería con picas, en favor de más mosqueteros. Por primera vez en la historia, los hombres en el campo de batalla no eran una mezcla de espadachines, piqueros, mosqueteros, ballesteros, arqueros y jabalineros: casi todos los ejércitos comenzaron a estandarizar sus fuerzas militares dejando en la lucha frente a frente solo a los mosqueteros, por el poder de fuego que representaban y porque, si estaban entrenados y mantenían la organización, se podían defender también de la caballería.
Edward Charles Howard en 1800 descubre los fulminatos y sus propiedades detonantes. Fue luego el reverndo A. J. Forsyth de Belhelvie, Aberdeenshire, Escocia, quien experimentando con estos compuestos fabricó los primeros pistones fulminantes como un medio de iniciar una carga de polvora de un arma de fuego.
Ya para 1830 los pistones fulminantes eran de uso comun en armas de fuego, y lo que se hizo fue crear un mecanismo tomando como base la llave de pedernal y eliminar la la cazoleta y sustituyendola por una simple chimenea que aceptaba el fulminante y que comunicaba con la carga de polvora a traves del orificio de iniciado. Tampoco era ahora necesario llenar de pólvora el orificio ya que el fulminante era por si solo capaz de proyectar la detonación a la polvora a traves de este conducto.



La llave de percusión es el mecanismo de las armas de fuego, mediante el cual se explosiona la pólvora por medio de una cápsula fulminante que se inflama al golpe de un pequeño martillo, en sustitución del pie de gato de la llave de sílex.


 

Muchos mosquetes fueron transformados a percusion por la via de modificar su mecanismo original de pedernal, manteniendo el resto del arma tal cual. Con este mecanismo se avanzaba en la rapidez de tiro al ser mas fácil poner un piston que cargar la cazoleta con polvora y montar la batería, se evitaban las obstrucciones del orificio con residuos de pólvora de la cazoleta, ademas de dotar al arma de una mejor proteccion ante las inclemencias del tiempo, ya que la lluvia hacía las armas de pedernal inservibles luego de unos minutos de expuestas a esta.
La última guerra importante en que se usaron mayoritariamente mosquetes fue la guerra de Crimea en 1854. Los de percusion fueron usados por Inglaterra y Francia, y los mas antiguos de pedernal fueron usados por las fuerzas rusas y turcas.
Lo que no cambió nunca en el mosquete fue su alcance y precisión, similar durante los casi 300 años de su uso, y que fijó así las tácticas de la época en las mentes de generaciones de mandos militares.
Por ello Lord Raglan pudo darse el lujo de estudiar y eventualmente aplicar en Crimea tácticas similares a las desarrolladas por Federico Guillermo I de Prusia casi 150 años antes, algo impensable hoy en día.
Sin embargo en este conflicto ya estaban a la vuelta de la esquina, hicieron su aparición y se usaron aunque en mucho menor escala los rifles. Rifle es un término de origen anglosajón con el que se designa genéricamente a cualquier arma larga, como fusiles o carabinas, cuya ánima está rayada para estabilizar la bala durante el disparo.

Primeros materiales adicionales en las balas

A principios del siglo XIX, las balas de plomo se comienzan a endurecer aleándolas con antimonio o recubriéndolas de cobre para evitar que la bala se desvíe de su trayectoria habitual, debido a las deformaciones provocadas durante el disparo. También se les da forma cilindrocónica para favorecer la rotación al ser disparada de un cañón con rayado de ánima.


El rayado del ánima consiste en grabar una serie de estrías a lo largo de la superficie interna del cañón, que van girando en un determinado sentido, completando un giro de 360° alrededor del eje del cañón cada cierta distancia.
Las estrías provocan que la bala rote varias veces, y de esta manera se mantiene estable la trayectoria durante el avance al mantener su eje paralelo con la línea de vuelo. Como consecuencia aumenta el alcance y la puntería del fusil.
Los fusiles y carabinas de ánima rayada se conocerán genéricamente a partir de esta época por el término anglosajón de rifle.
Los primeros rifles que se produjeron en forma regular exceptuando casos puntuales y anecdótios que fueron fabricados desde antiguo en toda Europa, fueron derivados de un invento alemán, el Rifle Jäger (rifle deCazador). 


El Jäger. Esta arma de caza con sus variantes se usó desde mediados del siglo XVIII hasta entrado el siglo XIX, fecha en que la llegada del piston fulminante también se hizo notar.
El paso del sistema de llave de pedernal al sistema de iniciado por llave de pistón o percusión fue tan expedito como en el caso de los mosquetes ya descrito, y ocurrió simultáneamente con el anterior.
Ya hacia 1840 el rifle de percusión hacía su tímida entrada en los escenarios bélicos, y para 1861 en que comienza la Guerra de Secesión americana era el arma principal de ambos bandos.
Tomando como ejemplo el posterior Springfield modelo 1863, el arma principal usada por el ejército de la Unión, éste era capaz de impulsar una bala tipo Minié calibre .58 a una velocidad de 289 mts/seg. Tenía una buena precisión hasta los 400 metros con un rango efectivo maximo de 600 metros. Su cadencia de tiro era de 6 disparos por minuto en buenas manos. Pesaba algo mas de 4 kilos y su longitud era de 1,49 metros. 
US. Springfield m1863.

La tragedia que se originó en esa guerra con la entrada de estos rifles fue consecuencia de lo que los mandos durante decenas de generaciones habían aprendido táctica pensando en el rendimiento del mosquete. De allí que las principales batallas iniciales de este conflicto fuesen efectuadas bajo esa doctrina, todavía con formaciones ya anacrónicas de lineas de batalla.
Pero las nuevas armas que usaban ahora eran muy capaces de atravesar dos infantes en linea de fondo y a veces tres, a distancias mucho mas allá que los 50 metros usados hasta entonces, y con una precisión que ponía en ridículo todo lo visto o dado por sabido previamente en lo que a prestaciones de un arma de fuego se refiere.
Costo decenas de miles de vidas aprender la lección, incluso incontables oficiales y mas de un general perdieron la vida por no estar acostumbrados a pensar en términos del alcance y precision de esta nueva arma, a manos de las recien creadas formaciones de snipers.
Durante la Guerra de Secesion se generalizó una práctica que ya existía en los ejércitos desde la época del pedernal. Consistía en que no se entregaban separadamente al soldado los proyectiles sueltos y la pólvora a granel, sino que para evitar accidentes en el fervor de la batalla se usó una forma mas práctica de dotar al soldado de su parque individual: el cartucho
Este no era mas que un envoltorio cilindrico de papel cerrado por ambos extremos y que contenía por un lado la bala y por el otro la pólvora exacta. Lo único que por razones de seguridad se entegaba aparte e iba en un estuche separado eran los pistones.


                                                         Cartucho calibre .58 Springfield

 Al momento de cargar, el soldado rompía el papel por el extremo de la pólvora usualmente con los dientes. Luego la vertía en el cañón e introducía la bala de la forma usual aprovechando de usar el papel como taco. Esta fue la manera como evolucionó el antiguo sistema de medidas de pólvora hechas de tubos de madera, que los mosqueteros colgaban de sus bandoleras para evitar tener que dosificar pólvora en medio de un combate.
Todas las armas expuestas hasta ahora eran de avancarga. Se cargaban prácticamente de la misma manera que un arcabuz.

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