Aunque en principio existió una gran confusión sobre quien fue el inventor,o lo que viene a ser lo mismo,que pais fue el primero en usar armas de fuego,a la fecha de hoy en día se puede afirmar con toda certeza que este pais fue China
No hay una sola evidencia de armas de fuego en Europa antes del siglo XIV, pero los arqueólogos han encontrado un arma en Manchuria que data del siglo XIII, y un historiador ha identificado una escultura en Sichuan del siglo XII en que aparentemente se representa la figura de un arma de fuego. Dado que toda la evidencia apunta a que se originaron en China, lo más correcto es concluir,dando por zanjada la controversia
Los europeos ciertamente tuvieron armas de fuego en la primera mitad del siglo XIV, los árabes obtuvieron armas de fuego en el siglo XIV también; y los turcos, iraníes e indios las adquirieron en el siglo XV, en cada caso directa o indirectamente de los europeos. Los coreanos adoptaron armas de fuego de los chinos en el siglo XIV, los japoneses las adquirieron de los portugueses en el siglo XVI.
En el año 1231 en la batalla de Kuang Fen los chinos utilizaron la
pólvora como elemento propulsante de sus "flechas voladoras".
Algunos autores mantienen que el primer relato documentado de artillería impulsada por pólvora que se haya empleado en el campo de batalla es del 28 de enero de 1132, cuando el general Han Shizhongde la Dinastía Song usó escaladas y huochongs para capturar una ciudad de Fujian.
En algún momento alrededor del año 1249, los chinos de la Dinastía Song comenzaron a colocar la pólvora primitiva en medio de gruesos trozos de bambú para utilizarlos como armas de fuego, disparando bolitas de arcilla como lo haría una escopeta actual.
La primera mención expresa acerca de la composición de la pólvora en Europa apareció en 1216 en Oxford, dentro la obra de Roger Bacon "De nullitate magiæ". Luego, en su "Opus Maior" de 1248, describe una fórmula de uso militar.
El autor inglés describió los petardos, que «se utilizaban en ciertas partes del mundo». La mezcla que presenta Bacon se asemeja a la supuesta composición china de consumo lento, utilizada en las flechas de fuego y los cohetes, pero probablemente no funcionase tan bien como pólvora para los cañones (el contenido de sal de nitro es demasiado bajo). En 1250, la "Konungs skuggsjá" noruega, en su capítulo sobre el ejército, mencionó el empleo de «carbón y azufre» como la mejor arma para el combate entre navíos.
Es probable que en esta época se utilizaran armas de mano, ya que en 1281 los scopettieri ("portadores de armas" ) italianos son mencionados junto con los ballesteros. Existen referencias más fidelignas en dos manuscritos de Walter de Milimete, capellán de Eduardo III de Inglaterra que se remontan a 1326 y que describen lo que actualmente se consideran los modelos más antiguos de armas de fuego.
La Bombardilla de Loshult es considerada actualmente como el arma portátil más antigua (con un peso aproximado de nueve kilogramos). Recuerda de un modo notable las bombardas ilustradas en los manuscritos de Walter de Milimete.
Estas armas se cargaban introduciendo la pólvora por la boca del cañón, un taco y el proyectil (o proyectiles). Con toda probabilidad, el método de ignición para estas armas era el botafuego, es decir, una varilla con un trozo de yesca o mecha encendida asegurada a uno de sus extremos.
Trueno de mano de Tannemberg, circa 1390. Alemania
Germ. Nationalmuseum, Nuremberg
Trueno de mano de Mörkö, circa 1390.
Statens Historiska Museum, Estocolmo
Trueno de mano de Frankenburg, circa 1460.
Historisches Museum, Berna
El gancho o prominencia inferior que presentan algunas de estas piezas portátiles servía para apoyar el arma contra un muro, parapeto o la regala en las bordas de los barcos. En el momento del disparo, buena parte del retroceso se amortiguaba con este saliente.
En Alemania, las armas provistas de este tipo de ganchos se llamaban "Haken-büchse" (arma con gancho), de cuya voz derivaron más tarde los términos "hackbut" en inglés, "arquebuse" en francés y, siguiendo la misma linea, "archibugio" en italiano y "arcabúz" en castellano. El gancho inferior de estas armas portátiles, especialmente en las armas de muralla, se mantendrá durante todo el siglo XVI.
Manejo
Las primeras armas de fuego portátiles podían usarse de dos maneras distintas:
1. Como una rudimentaria bazuca con la cureña apoyada sobre el hombro y una mano sosteniendo el arma mientras la otra mano sostenía una brasa para encender el fogón del arma en el momento indicado.
2. Con una técnica de tiro en la que una mano apuntaba el arma mientras que el peso de la misma se aguantaba apretando la cureña bajo las axilas.
Con la ballesta como base, se evoluciona en el diseño ergonómico de la cureña de las armas de fuego portátiles, así podía manejarse con la cureña apoyada en el hombro del tirador, sujeta por la mano izquierda, y con la mano derecha preparada para acercar la brasa al fogón.
Guerras husitas.
Las cruzadas contra los husitas implicaron las acciones militares contra los partidarios de Jan Hus en Bohemia durante el período comprendido entre 1420 hasta casi 1434. Estos fueron los primeros combates en Europa en los que las armas portátiles de fuego tuvieron una contribución decisiva.
El arcabúz
En el siglo XV surge el arcabuz, un arma larga de fuego de avancarga, antecesor del mosquete. Su uso estuvo extendido en la infantería europea hasta el siglo XVII. A pesar de su longitud, el disparo era de corto alcance (apenas unos 50 metros efectivos), pero letal, en esa distancia podía perforar armaduras. Era fácil de manejar y desplazó rápidamente el uso de la ballesta, que desapareció a mediados del siglo XVI. Si se comparan sus prestaciones en combate con los arcos y ballestas, era imprecisa y de menor alcance, pero más poderosa, intimidadora y requería mucho menos destreza para manejarla con eficacia. Aunque el uso del arcabúz estaba difundido antes de la invención del mosquete (su evolución), fue contemporáneo y rival en uso de esa segunda arma, la cual le desplazó lentamente, despareciendo casi completamente en el siglo XVIII.
Arcabucero con su característica mecha encendida en la mano.
Se diferencia del cañon de mano principalmente por incorporar algún mecanismo o “llave” de iniciado de la polvora, ademas de algún grado de sofisticación en forma y tamaño para hacerla mas manejable, o ergonómica como se dirá siglos después. De hecho, es a veces muy difícil definir si una arma antigua de esta época que se encuentre en algun sitio arqueologico es un cañon de mano del último período en torno a 1520 con llave de mecha, o un arcabuz primitivo de esa misma época.
El cañón y el cuerpo.
El arcabuz estaba formado por un cañón de hierro de una longitud de unos 93,92 cm. y un calibre variable, entre los 15 a los 20 mm., montado sobre un madero de aproximadamente 1 m. de longitud que normalmente era de cerezo o nogal (se prefería la primera, pues el nogal era más pesado). La culata (en el siglo XVI se denominaba "mocho" ) solía ser recta, no curva, pues era mejor en el uso para los soldados. El cañón tenía en su parte posterior un orificio por el que se aplicaba en el momento del disparo la mecha encendida. En total, el arcabuz llegaba a pesar de entre unos 4 kg y 5 kg.
Mecanismo.
El más corriente fue el de mecha, más usado en el siglo XVI y de pedernal aparecido a mediados del siglo XVII
El mecanismo de mecha consisitía en colocar una mecha encendida en un trozo de hierro a modo de palanca, llamada serpentín que, accionada por el gatillo, se introducía en el oído (donde se encontraba la cazoleta, llena de pólvora), donde se producía la explosión disparando la bala.
A mediados del siglo XVI se introduce en los arcabuces la cubrecazoleta, una tapa que cubría en las marchas o días lluviosos la cazoleta, pues si la pólvora se mojaba, no se produciría la explosión.
También en ell siglo XVI apareció el mecanismo de llave de rueda, mucho mas sofisticado que la antigua llave de serpentín, y que es similar a como funcionan las ruedas de encendido de los encendedores de bolsillo modernos.
Actuaba basada en los principios de hacer fuego usando el pedernal y el eslabón, adecuándolos a un mecanismo para un arma de fuego.
Se insertaba una palanca en el eje de una rueda para girarla contra un resorte. Luego al disparar, la rueda giraba de vuelta a gran velocidad rozando una piedra de pedernal sujeta por las mordazas de la palanca articulada que de ahora en adelante pasaría a llamarse “gato”,generando de esta forma chispas que encendían la pólvora de la cazoleta.
El mecanismo era muy sofisticado y requería de mucho tiempo y destreza para que un artesano pudiese fabricar uno de ellos. En esa época, tan sólo los mecanismos de los primeros relojes de péndulo eran mas finos y precisos que estas piezas. Demas está decir que ademas eran terriblemente caros.
La llave de rueda, también llamada de rosa o de fuego, consistía en una rueda dentada, que al girar rápidamente contra una piedra blanda, piedra de fuego o piritas le hacía despedir chispas.
Arcabúz con llave de rueda. Podemos ver la palanca que se usaba para girar la rueda.
El mecanismo de pedernal no se introduce en el arcabuz hasta, más o menos, 1670. Para entonces, el arcabuz no era un arma de fuego de infantería, pues el arcabuz había sido sustituido por el mosquete, sino de caballería. El mecanismo de pedernal era más caro, aunque más seguro y eficaz para el soldado. La llave de pedernal consistía en introducir una piedra de pedernal que funcionaba como mecha. Se introducía en la cazoleta y la chipa producida daba paso a la explosión . El mecanismo era parecido al mecanismo de la mecha pero se sustituía la mecha por la piedra de pedernal.
Al apretar el gatillo un pedernal choca contra un metal lo que provoca una chispa que enciende la pólvora de la cazoleta que a su vez, a través de un fino agujero(oído), prende la pólvora depositada en el cañón e impulsa la bala.
Munición.
La munición del arcabuz consistía en la pólvora y la pelota, la bala propiamente dicha. La bala, de forma esférica, estaba hecha de plomo y solía pesar unos 10 g aproximadamente. Las balas debían estar hechas de tal manera que entrasen holgadamente en el cañón del arcabuz. El que existiera una distancia entre la pared del cuerpo y la bala (Cristóbal Lechuga, maestre de campo, nos indica que se llama viento) ayudaba a que los gases que se producían en la explosión para expulsar la bala no obstaculizasen y frenasen el disparo, ralentizando a la bala. La bala era introducida por el cañón, como arma de avancarga. Se introducía gracias a una baqueta de hierro que era usada como rascador (para limpiar la pared interna del arcabuz) y atacador (para que llegase la bala a la recámara). Las balas eran hechas, a veces, por los mismos soldados, quienes adquirían plomo y una tenaza con la que se hacían las balas, pues tenían la forma.
El soldado llevaba dos tipos de recipientes para la munición, un frasco donde se llevaban las pelotas y un frasquillo donde se llevaba la pólvora para cebar la cazoleta. En algunos casos, se llevaban recipientes con la bala y la cantidad exacta de pólvora, estos frasquitos en los tercios españoles eran doce y los soldados los llamaban comúnmente los doce apóstoles.
Para accionar el mecanismo de mecha se llevaba una cuerda formada de lino o cáñamo, rebozada con agua y salitre, para que, cuando prendiera, diera más fuerza en la explosión. Pero esto ocasionaba que la cuerda se malgastara pues ardía con rapidez.
Para accionar el mecanismo de pedernal, se llevaban varias piedras de pedernal que solían durar bastante.
El alcance útil del arcabuz no superaba los 50 m y habitualmente se prefería disparar a menos de veinticinco metros de distancia del enemigo, pero la evolución y mejoramiento del arcabuz dio más alcance efectivo (se cree que a finales del siglo XVII, podían tener un alcance de doscientos metros).
Detallaremos la serie de movimientos necesaria para un arcabuz de mecha con cubrecazoleta [c.1540-c.1670]
CARGA
1. Cebar la cazoleta con el polvorín.
2. Cerrar la cubrecazoleta
3. Soplar sobre el conjunto - cerrada la cubrecazoleta - para eliminar los restos de pólvora que hayan caído fuera de la cazoleta, en soslayo de una ignición fortuita.
4. Llenar el arcabuz con la carga principal de pólvora. Bien usando los frascos - o doce apóstoles con la carga dosificada - llevando la boca del frasco a la boca del arcabuz y volcando todo su contenido, o bien usando el frasco principal, y echando a ojo una carga de pólvora, regulando su volcado con un pulsador que liberaba la apertura del frasco.
5. Introducir la bala por la boca del arcabuz
6. Sacar la baqueta del fuste, acortarla y llevarla a la boca del arcabuz.
7. Llevar la baqueta por el ánima del cañón hasta tocar la bala, y golpear dos veces sobre esta para prensar la pólvora.
8. Sacar la baqueta e introducirla de nuevo en el fuste.
COLOCACIÓN DE LA MECHA
9. Colocar la mecha en el serpentín, tomando la medida del trozo que se ha de engarzar, de manera que el cabo encendido caiga justamente sobre el polvorín.
10. Avivar el cabo encendido de la cuerda para que haga buen efecto, soplando sobre él.
DISPARO
11. Llevarse el arcabuz al hombro y apuntar.
12. Liberar la cazoleta de su tapa.
13. Pulsar el disparador. (..........y esperar qu haya suerte)
14. Soplar la cazoleta para eliminar los restos de pólvora quemada y posibles rescoldos, quedando el arma preparada para reiniciar el proceso.
El mosquete
Contemporáneo en la historia con la última época del arcabuz, el mosquete se perfiló como una variante mas pesada y potente del anterior, tan pesada que las versiones primitivas debieron contar con un accesorio especial en la forma de un monopié terminado en una horquilla superior. En esta horquilla se apoyaba el arma para hacerla mas estable en el momento del disparo. El mosquete nace como pieza ligera de artillería para defensa de plazas fuertes a principios del XVI. De hecho en fecha tan temprana como en 1501 se hace referencia entre las piezas entregadas a fortalezas del reino de Granada, un mosquete de una arroba y cuatro libras de peso [13,34kgs].
Estas piezas no obstante, no eran armas portátiles para el uso de la infantería en campo, sino mosquetes de posta, o de muro, que aunque manejados por una sola persona, necesitaban de un punto de apoyo - normalmente el propio muro de la fortaleza, de ahí su apellido, o un caballete - para poder ser disparadas, en tanto su enorme peso hacía inviable que un hombre las manejara para hacer puntería con ellas. No fue hasta la década de 1560, cuando el mosquete - aligerado y apoyado en una horquilla de madera - hace su salida de las fortalezas como arma portátil del infante. El mosquete fue esencialmente un arma idéntica a su hermano pequeño el arcabuz, radicando su diferencia en sus dimensiones [calibre, longitud, peso] prestaciones [alcance, potencia y cadencia] y en su manejo, ya que por su peso [entorno a 7.5-8.5kgs] requería del uso de una horquilla para su apoyo.
El calibre de un mosquete solía ser de onza y media de bala o dos onzas, aunque había piezas portátiles de hasta dos onzas y media.
1 onza = 1/16 libra castellana = 28.75 gramos.
1 bala de plomo de 2 y ½ onza de peso tendría 22.55 mm de diámetro.
1 bala de plomo de 2 onza de peso tendría 21 mm de diámetro.
1 bala de plomo de 1 y 1/2 onza de peso tendría 19 mm de diámetro.
La longitud del cañón solía ser de entre 5 y 6 palmos [o cuartos] de vara castellana [100-120 cm] y su peso [sólo del cañón] de entre 15 y 20 libras [5-6.5kgs].
La caja [fuste y mocho] se hacía de madera de cerezo, y las llaves fueron de mecha en la mayor parte del periodo que tratamos, hasta que en el último cuarto del siglo XVII comenzaron a sustituirse por las llaves de pedernal.
Pelotas
Un mosquetero debía llevar unas 25 pelotas o balas de plomo consigo - la mitad que un arcabucero - número que constituía el que resultaría necesario para una batalla. No obstante esto, tal vez algunos soldados llevasen menos - excusando así la carga - o consumiesen más - dependiendo de las ocasiones - con lo que deberían recibir suministro de pelotas hechas, que se transportaban en cajas en los carros de la artillería. Por este motivo, era muy necesario que los calibres fueran lo más comunes posibles, para evitar el inconveniente de no tener la munición adecuada con que servir las armas. En todo caso, nos remitimos a lo ya indicado para el arcabuz, junto con el arma se suministraba una turquesa o molde para la fabricación de las balas, y al soldado se le entregaba el plomo en pasta para que el mismo labrase sus pelotas. En cuanto a lo que se refiere a la descripción de llaves, pólvora, frascos, frasquillos, balas, mechas y demás equipamientos del mosquete, para no extendernos, nos remitimos al hilo arcabuz y nos centraremos de aquí en adelante a destacar únicamente aquellos aspectos diferenciales de la pieza menor.
Alcance
Martin de Eguiluz narraba de los mosquetes en 1592:
Alcanzan mucho, y matan a cuatrocientos pasos a un caballo.
Miguel Pérez de Ejea daba el dato que sigue en el año de 1632:
[800 pies es la distancia] donde empiezan a hacer efecto las bocas de fuego, entrando dentro la jurisdicción y puntería de los mosquetes. [800 pies = 222 metros]
Sebastián de Medrano recogía el siguiente dato en 1700:
La primera máxima es que línea de la defensa no sea mayor que el alcance del mosquete de punto en blanco, que es mil pies geométricos.
O sea, algo más de 220 metros para un mosquete del primer tercio del XVII, y cerca de 270 metros de alcance de punto en blanco para un mosquete de finales de dicho siglo.( * 1 pie [geométrico] = 1/3 de vara castellana = 27,77mm )
Horquilla
La horquilla solía ser de 7 palmos [unos 146 cm] y su asta debía ser de madera de espino, u otra madera fuerte, antes que madera dulce, porque a pesar de que fuera más pesado, había de sufrir bastante peso y trabajo.
La U de la horquilla era de metal, y asimismo, la horquilla contaba con una contera de metal en su pie, para que no se desgastara la madera en su contacto con el terreno.
A finales del siglo XVII, el mosquete se apropia definitivamente del campo de batalla. De los sistemas de cuerda y rueda de sus inicios, se pasará al sistema de chispa. La incorporación de la bayoneta, primero encastradas -se introducían en el cañón e impedían disparar- y luego, a mediados del siglo XVIII, de cubo –que permiten calarla sin obstruir el cañón-, permitirán prescindir de la infantería con picas, en favor de más mosqueteros. Por primera vez en la historia, los hombres en el campo de batalla no eran una mezcla de espadachines, piqueros, mosqueteros, ballesteros, arqueros y jabalineros: casi todos los ejércitos comenzaron a estandarizar sus fuerzas militares dejando en la lucha frente a frente solo a los mosqueteros, por el poder de fuego que representaban y porque, si estaban entrenados y mantenían la organización, se podían defender también de la caballería.
Edward Charles Howard en 1800 descubre los fulminatos y sus propiedades detonantes. Fue luego el reverndo A. J. Forsyth de Belhelvie, Aberdeenshire, Escocia, quien experimentando con estos compuestos fabricó los primeros pistones fulminantes como un medio de iniciar una carga de polvora de un arma de fuego.
Ya para 1830 los pistones fulminantes eran de uso comun en armas de fuego, y lo que se hizo fue crear un mecanismo tomando como base la llave de pedernal y eliminar la la cazoleta y sustituyendola por una simple chimenea que aceptaba el fulminante y que comunicaba con la carga de polvora a traves del orificio de iniciado. Tampoco era ahora necesario llenar de pólvora el orificio ya que el fulminante era por si solo capaz de proyectar la detonación a la polvora a traves de este conducto.
La llave de percusión es el mecanismo de las armas de fuego, mediante el cual se explosiona la pólvora por medio de una cápsula fulminante que se inflama al golpe de un pequeño martillo, en sustitución del pie de gato de la llave de sílex.
Muchos mosquetes fueron transformados a percusion por la via de modificar su mecanismo original de pedernal, manteniendo el resto del arma tal cual. Con este mecanismo se avanzaba en la rapidez de tiro al ser mas fácil poner un piston que cargar la cazoleta con polvora y montar la batería, se evitaban las obstrucciones del orificio con residuos de pólvora de la cazoleta, ademas de dotar al arma de una mejor proteccion ante las inclemencias del tiempo, ya que la lluvia hacía las armas de pedernal inservibles luego de unos minutos de expuestas a esta.
La última guerra importante en que se usaron mayoritariamente mosquetes fue la guerra de Crimea en 1854. Los de percusion fueron usados por Inglaterra y Francia, y los mas antiguos de pedernal fueron usados por las fuerzas rusas y turcas.
Lo que no cambió nunca en el mosquete fue su alcance y precisión, similar durante los casi 300 años de su uso, y que fijó así las tácticas de la época en las mentes de generaciones de mandos militares.
Por ello Lord Raglan pudo darse el lujo de estudiar y eventualmente aplicar en Crimea tácticas similares a las desarrolladas por Federico Guillermo I de Prusia casi 150 años antes, algo impensable hoy en día.
Sin embargo en este conflicto ya estaban a la vuelta de la esquina, hicieron su aparición y se usaron aunque en mucho menor escala los rifles. Rifle es un término de origen anglosajón con el que se designa genéricamente a cualquier arma larga, como fusiles o carabinas, cuya ánima está rayada para estabilizar la bala durante el disparo.
Primeros materiales adicionales en las balas
A principios del siglo XIX, las balas de plomo se comienzan a endurecer aleándolas con antimonio o recubriéndolas de cobre para evitar que la bala se desvíe de su trayectoria habitual, debido a las deformaciones provocadas durante el disparo. También se les da forma cilindrocónica para favorecer la rotación al ser disparada de un cañón con rayado de ánima.
El rayado del ánima consiste en grabar una serie de estrías a lo largo de la superficie interna del cañón, que van girando en un determinado sentido, completando un giro de 360° alrededor del eje del cañón cada cierta distancia.
Las estrías provocan que la bala rote varias veces, y de esta manera se mantiene estable la trayectoria durante el avance al mantener su eje paralelo con la línea de vuelo. Como consecuencia aumenta el alcance y la puntería del fusil.
Los fusiles y carabinas de ánima rayada se conocerán genéricamente a partir de esta época por el término anglosajón de rifle.
Los primeros rifles que se produjeron en forma regular exceptuando casos puntuales y anecdótios que fueron fabricados desde antiguo en toda Europa, fueron derivados de un invento alemán, el Rifle Jäger (rifle deCazador).
El Jäger. Esta arma de caza con sus variantes se usó desde mediados del siglo XVIII hasta entrado el siglo XIX, fecha en que la llegada del piston fulminante también se hizo notar.
El paso del sistema de llave de pedernal al sistema de iniciado por llave de pistón o percusión fue tan expedito como en el caso de los mosquetes ya descrito, y ocurrió simultáneamente con el anterior.
Ya hacia 1840 el rifle de percusión hacía su tímida entrada en los escenarios bélicos, y para 1861 en que comienza la Guerra de Secesión americana era el arma principal de ambos bandos.
Tomando como ejemplo el posterior Springfield modelo 1863, el arma principal usada por el ejército de la Unión, éste era capaz de impulsar una bala tipo Minié calibre .58 a una velocidad de 289 mts/seg. Tenía una buena precisión hasta los 400 metros con un rango efectivo maximo de 600 metros. Su cadencia de tiro era de 6 disparos por minuto en buenas manos. Pesaba algo mas de 4 kilos y su longitud era de 1,49 metros.
US. Springfield m1863.
La tragedia que se originó en esa guerra con la entrada de estos rifles fue consecuencia de lo que los mandos durante decenas de generaciones habían aprendido táctica pensando en el rendimiento del mosquete. De allí que las principales batallas iniciales de este conflicto fuesen efectuadas bajo esa doctrina, todavía con formaciones ya anacrónicas de lineas de batalla.
Pero las nuevas armas que usaban ahora eran muy capaces de atravesar dos infantes en linea de fondo y a veces tres, a distancias mucho mas allá que los 50 metros usados hasta entonces, y con una precisión que ponía en ridículo todo lo visto o dado por sabido previamente en lo que a prestaciones de un arma de fuego se refiere.
Costo decenas de miles de vidas aprender la lección, incluso incontables oficiales y mas de un general perdieron la vida por no estar acostumbrados a pensar en términos del alcance y precision de esta nueva arma, a manos de las recien creadas formaciones de snipers.
Durante la Guerra de Secesion se generalizó una práctica que ya existía en los ejércitos desde la época del pedernal. Consistía en que no se entregaban separadamente al soldado los proyectiles sueltos y la pólvora a granel, sino que para evitar accidentes en el fervor de la batalla se usó una forma mas práctica de dotar al soldado de su parque individual: el cartucho
Este no era mas que un envoltorio cilindrico de papel cerrado por ambos extremos y que contenía por un lado la bala y por el otro la pólvora exacta. Lo único que por razones de seguridad se entegaba aparte e iba en un estuche separado eran los pistones.
Cartucho calibre .58 Springfield
Al momento de cargar, el soldado rompía el papel por el extremo de la pólvora usualmente con los dientes. Luego la vertía en el cañón e introducía la bala de la forma usual aprovechando de usar el papel como taco. Esta fue la manera como evolucionó el antiguo sistema de medidas de pólvora hechas de tubos de madera, que los mosqueteros colgaban de sus bandoleras para evitar tener que dosificar pólvora en medio de un combate.
Todas las armas expuestas hasta ahora eran de avancarga. Se cargaban prácticamente de la misma manera que un arcabuz.