31 de enero de 2015

Pólvora negra compactada,una solución práctica.



El variopinto muestrario de armas de avancarga que nos muestran los catálogos de las distintas empresas dedicadas a su comercialización,es una tentación permanente por el alto grado de fidelidad conseguida en estas réplicas históricas.
Dentro de este escaparate,los revólveres de época fabricados por las empresas italianas rivalizan en versiones y acabados que centralizan nuestra atención.De las dos opciones que nos da nuestro reglamento de armas en vigencia,si tomamos la de registrarlos en el Libro de Coleccionista como objetos de ornato y colección, supeditándomos a la prohibición de dispararlos,su encanto,aunque incompleto no deja de satisfacer una faceta de nuestro ego.
Si decidimos disfrutarlos plenamente,recabando en la Intervención de Armas de la G.C. la correspondiente autorización para dispararlas,podremos saborear con mucha mayor aproximación la carga histórica que implican estas armas.Cada disparo,independientemente de que hayamos dado en el blanco o no,nos traerá una serie de sensaciones emanadas de la deflagación.El estampido y la densa humareda acompañada de ese olor acre  particular que se deprende de la pólvora negra quemada,concurren para hacer de cada disparo una experiencia verdaderamente gratificante.
Claro está que para alcanzar este efecto,antes habremos pasado por una serie de pasos que conlleva la carga del cilindro.Si bien para algunos espíritus pacientes este ceremonial forma parte del placer de la avancarga,para otros no tan románticos es la fase que les vuelve remisos hacia esta modalidad.Para estos últimos,poco amigos de andar dosificando las cargas de pólvora granulada,que con la impaciencia de recargar rápidamente muchas veces derraman parte de ella fuera de las recámaras del cilindro,desde hace algo más de una década,disponen de una novedad que les facilitará la tarea,principalmente para el tiro informal,ya que para la competición la recarga personalizada es de vital importancia:no existen dos armas iguales y,menos dos cañones.
Me refiero a las "píldoras" compactadas de pólvora negra creadas para resolver este problema.Los bloquecitos,de forma cilíndrica y con el diámetro adecuado para cada calibre,viene en cajas de cuarenta y ocho unidades distribuidas en tubos contenedores de cartón duro perféctamente identificados.Además ,les acompañan otros tantos tacos de fieltro para lograr el correcto prensado de la pólvora,evitando retardos en el encendido.En cierta manera vendrían a reemplazar la solución casera de aumentar el volumen agregando dosis suplementarias de sémola en cada recámara.
Por supuesto habrá quien en su sano derecho, producto de su propia experiencia,cuestionará su eficacia. Sin embargo probar no supone más que una mínima inversión,y tal vez descubran,como le ocurrió a muchos,que realmente facilita notablemente la operación.
Cada tubo viene cerrado por ambos extremos con el sello de la fábrica que lleva la identificación del calibre para el que son aptos.Basta romper ese sello de papel metálico y empujar las "pastillas" desde una punta para que vayan saliendo por la otra.
Bajo la conocida marca Vectan y  fabricados por N.E.F. en su planta de Vonges (Francia) cuenta con el sólido respaldo del Nobel Sport de París,de reconocida veteranía en el área de los propelentes para armas de fuego.
Entre las ventajas que ofrecen estas cargas listas para usar,se encuentra la de obviar la necesidad de tener que disponer de una polvorera para cada arma en función de la carga impuesta por su calibre,evitando de esta manera el trasiego de la pólvora granulada.Asimismo,debemos destacar su facilidad de almacenaje y manipulación.
Como es de esperar,tratándose de un producto serio fabricado por una compañía responsable,cada tubo,amén de la identificación del calibre y de las recomendaciones precautorias en su empleo,trae la fecha de envasado para prevenir equívocos.

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