2 de enero de 2016

Posibles causas de interrupción en el funcionamiento de un revólver



Dejando a parte las causas intrínsecas o mecánicas que pueden dar lugar a interrupciones y que se tratarán en su momento,nos vamos a referir en esta entrada a las "causas extrínsecas",es decir las debidas prinipalmente a la munición.
En lo que a la munición de un revólver se refiere la primera consideración que hay que tener en cuenta,obviamente,es que en el arma sólo se debe usar la original para la que fue creada en fábrica.
Solo siguiendo esta norma se puede decir que se evitarán un gran porcentaje de interrupciones en el funcionamiento del arma,y la seguridad y tranquilidad del usuario aumentaran en el mismo porcentaje.Bien es cierto que los revólveres son las armas en la que mejor se puede usar munición recargada,pero ésta debe haber sido hecha por alguien que domine la técnica y sea igual de perfecta y efectiva que la comercial,aunque adaptada a su gusto y a las prestaciones que con ella se pretenda lograr,que en definitiva es la auténtica ventaja que proporciona esta clase de munición,y no la ridícula reducción de coste unitario que apenas existe al precio que están los componentes hoy en día.Esta es una recomendación general,pero vamos a comentar ahora algunos casos particulares y concretos.
Las posible interrupciones por causas extrínsecas que pueden darse en un revólver suelen ser debidas principalmente a la munición,como ya se ha dicho,sin contar las que puedan provenir de la falta de limpieza,el abandono y el deterioro por el uso y el paso del tiempo.
Una de estas interrupciones,que cada vez se da menos en ciertos casos y más en otros,es la que se produce cuando al extraer las vainas disparadas se introduce entre la estrella del extractor y su alojamiento en el cilindro alguna partícula de pólvora sin quemar.
Cuando esto sucede,el extractor queda ligeramente elevado,sin asentar bien,sin que a simple vista se perciba y al reponer la munición consumida y querer llevar el cilindro a su posición no entra en el armazón y,en consecuencia,no se puede realizar el disparo.
Como remedio a este problema rara vez vale el forzar dándole golpes al cilindro, pues las partículas de pólvora parcialmente quemada se endurecen y, a veces,ni con un martillo se lograría otra cosa más que deteriorar el arma.La solución de este problema es bien sencilla y basta para ello con retirar la dichosa partícula de pólvora que en muchas ocasiones,si no se ha forzado antes,un simple soplido es suficiente para que todo vuelva a la normalidad.
Para ello es también necesario que el revólver tenga la cantidad de aceite justa,es decir que no esté empapado,ya que de ser así será necesario emplear cepillo,trapo,etc.
Otro causa de que se interrumpa un revólver puede venir de la mano de la munición sucia o que lleve adherida materias extrañas ya sean en el exterior de la vaina o del proyectil.Esta materias pueden ser grasa endurecida,plomo residual del "dies" de recarga,etc que no dejará entrar libremente el cartucho en la recámara y en caso de que se logre vencer la resistencia y llevar el cilindro a su sitio,tal vez no se pueda extraer la vaina una vez disparado el cartucho.
Este caso es muy frecuente que ocurra cuando la munición se deje cierto tiempo en la canana o cartuchera de cuero,donde al absorber la humedad hace que el latón de las vainas se oxide creando grumos de "verdín" u óxido de cobre que dificulta y hasta llega a impedir un asentamiento completo y correcto en la recámara.
Otro tipo de interrupción que puede darse en el revólver  en cuanto al tipo de munición que se emplea es cuando ésta ha sido mal recargada o montada.
Si no se ha hecho un racalibrado total de la vaina,la parte inferior de ella,cerca de la pestaña o reborde puede haberse dilatado más de lo que admita la recámara (vaina procedente de una recámara más ancha) y así el cartucho no se asentará totalmente,impidiendo llevar el cilindro a su sitio dentro del armazón,De esta forma,sin el cartucho estar bien asentado,aunque el cilindro pueda girar lo hará con dificultad pudiendo ocasionar la ruptura de alguna pieza.
También ocurre lo mismo,pero por el extremo contrario del tambor,cuando las puntas o proyectiles están mal montados,(LTC incorrecto),y sobresalen por el extremo de éste,lo que impedirá su giro.Ocurre lo mismo si no están bien engarzados,(crimpados),debido a que por el retroceso de los disparos y la inercia,las puntas tienden a irse hacia adelante.
Otro problema lo plantean los pistones mal asentados en su alojamiento quedando algo prominentes del culote del cartucho,pudiendo también interferir en el giro del cilindro,al rozar en el escudo o parte posterior del armazón.Un exceso de introducción puede ocasionar,así mismo,que no sea percutido por el martillo.
Un problema mayor por defecto en la recarga puede darse cuando por olvido o equivocación no se carga la pólvora en él.Así al disparar uno de estos cartuchos,la fuerza del pistón es suficiente para introducir el proyectil en el cañón,pero no la suficiente para que salga de él.Si el usuario no se da cuenta,cosa que suele ocurrir cuando se usan cascos protectores para el oído,pueden suceder dos cosas.Una,la más corriente,es que en el siguiente disparo salgan los dos proyectiles,otra,la más peligrosa,que ambos proyectiles queden dentro del cañón,dando lugar a que éste reviente o en el mejor de los casos que se produzca una "hernia".De todas formas en ambos casos la consecuencia es un cañón inutilizado o deformado por la comprensión del aire entre los proyectiles.
Existe otra posibilidad de interrupción que se suele presentar en los revólveres calibrados para el .357 y .44 Magnum.Como se sabe estos cartuchos disponen de una vaina más larga que los del .38 y .44 Spl que a su vez pueden dispararse en los cilindros Magnum y de hecho se hace frecuentemente por ser más baratos y cómodos de disparar.Si esto se hace reiteradamente y no se sigue en sus recámaras (zona de "vuelo libre") una limpieza exsaustiva,los residuos de los disparos van formando un aro de residuos aglomerados de carbonilla,pólvora y plomo,sobre todo,que,llegado el caso,puede hacer que no se asientes corréctamente los cartuchos Magnum y que por consiguiente no se pueda cerrar el cilindro.

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