Las armas de fuego, son una consecuencia aplicada del invento de la pólvora, la cual se atribuye a los chinos. De este hecho se poseen referencias ciertas de su utilización. Esto ocurrió históricamente en el el año 1231 en la batalla de Kuang Fen.
En ella los chinos utilizaron la pólvora como elemento propelente de sus "flechas voladoras" mediante un artificio similar a lo que hoy se conoce como cañitas voladoras. En esta remota nación, la pirotecnia se convirtió en un arte, que siguió hasta nuestros días.
En ella los chinos utilizaron la pólvora como elemento propelente de sus "flechas voladoras" mediante un artificio similar a lo que hoy se conoce como cañitas voladoras. En esta remota nación, la pirotecnia se convirtió en un arte, que siguió hasta nuestros días.
LAS PRIMERAS ARMAS DE FUEGO
Existen contradicciones sobre la fecha en que hizo aparición la pólvora en occidente, ya que Roger Bacon (Inglaterra) describió sus efectos a mediados del Siglo XIII. Pero no fué hasta el 1308, en que se reconoce históricamente la aparición de los primeros cañones, conocidos como Culebrinas y Falconetes. Posteriormente aparecen las armas "ligeras" en el año 1350, en Suecia (Bombardilla de Loshult) y en 1390? Trueno de Mano de Morko, de cuyo nombre hacken büsche, deriva hackbut (inglés), arquebuse (francés), arquebugio (italiano) y arcabuz, en español.
t Trueno de Mano Morko
Al principio todas las armas de fuego se cargaban introduciendo por su boca la pólvora de impulsión, un taco y el proyectil o proyectiles. En cuanto al funcionamiento del sistema de ignición existen importantes controversias ya que se menciona la posibilidad del empleo de una brasa o hierro enrojecido para hacerlo funcionar introduciéndolo en el fogón, pero parece más probable que se usara un botafuego, que consistía en una varilla con un trozo de yesca o mecha encendida asegurada en un extremo.
Estas armas sólo resultaban peligrosas para el enemigo en distancias cortas, porque no tenían el suficiente alcance, pero conferían al usuario un gran poder disuasorio y psicológico sobre el adversario. En contrapartida, hay que destacar que eran armas de un engorroso funcionamiento y que revestían cierto peligro para el que las manejaba ya que podían estallar en las manos con mucha facilidad, y su precisión era dudosa.